Hola, soy Samuel Gil.
Esto es Suma Positiva, una publicación semanal sobre tecnología, negocios y humanos.
Startups
Modo Fundador
No creo que quede nadie en el mundo startup que no haya leído u oído hablar del último ensayo de Paul Graham: Founder Mode. El escrito recoge a su vez la idea principal de una charla que Brian Chesky, fundador de AirBnB, dio recientemente en un evento para emprendedores en Y Combinator, causando furor entre la audiencia.
Para Chesky y Graham, el consejo que se les suele dar a los fundadores a la hora de escalar sus compañías es profundamente equivocado. A medida que la compañía crece, se les aconseja que contraten a managers profesionales, especialistas en las diferentes funciones de una empresa (producto, ingeniería, marketing, ventas, finanzas, recursos humanos, etc.), y que deleguen casi absolutamente en ellos la gestión de sus respectivos departamentos. A partir de ese momento, el fundador sólo debería hablar con ellos, ya que cualquier comunicación con personas de niveles más bajos sería considerado microgestión, una injerencia en las labores de los ejecutivos y mandos intermedios. A este modo de gestionar compañías lo bautizaron como el modo gestor.
Tanto Chesky como muchos otros siguieron este consejo para ver cómo sus compañías comenzaban a decaer. Ante ello, decidieron tomar cartas en el asunto y, con gran éxito, volver a funcionar en modo fundador, como sucedió con Apple tras el regreso de Jobs. En esta modalidad de gestión, el fundador es totalmente libre de, en función de lo que considere más importante en cada momento, hablar con cualquiera y contribuir a la toma de cualquier tipo de decisión, saltándose la cadena de mando. Un área en particular de la que los fundadores no deberían alejarse demasiado es producto, pues no deja de ser su creación original y el pilar sobre el cual se sustenta todo el edificio.
En cualquier caso, no debe confundirse operar en modo fundador con que el CEO se convierta en el cuello de botella por el que deban pasar todas las decisiones. Como es obvio, no se puede gestionar igual una empresa de 20 personas que de 2000. Operar en modo fundador significa dar permiso al padre biológico de la compañía para tomar decisiones poco convencionales que otros, por falta de autoridad moral o simplemente brillantez, no podrían tomar.
Una observación interesante es que el modo fundador no tiene por qué ser algo reservado exclusivamente a los emprendedores, de ahí que algunos hayan sugerido renombrarlo a modo propietario. Hay profesionales que no tienen por qué haber estado en el momento inicial de creación, pero que actúan y tienen los incentivos adecuados para beneficiarse de este modo de operación.
Por el lado crítico, ha habido multitud de voces que nos han alertado de que no faltará quien haga del modo fundador la excusa perfecta para camuflar la extravagancia sin sentido o la pura y dura mala gestión.
Además de que en todo esto se advierten elevadas dosis del sesgo del superviviente, no podemos esperar que todos los emprendedores sean de la talla de Chesky o Jobs. Si vamos a operar de esta forma es vital ser humildes y ser muy conscientes de nuestras limitaciones.
Es difícil no encontrar ciertas similitudes entre el modo fundador/gestor y el CEO en tiempos de guerra/paz de Ben Horowitz. Los mejores emprendedores no serán los que dominen uno y otro modo, sino los que sepan alternar entre ambos en función de las circunstancias.
Tecnología
Peter Thiel en The Joe Rogan Experience
El podcast del verano en círculos tecnológicos fue la entrevista que Joe Rogan hizo a Peter Thiel, publicada hace un par de semanas.
Aunque me declaro fan de Joe Rogan y su estilo como entrevistador, debo reconocer que en esta ocasión no estuvo del todo fino, al menos en mi opinión. Dedicó demasiado tiempo a temas más propios de Cuarto Milenio y expuso con demasiada frecuencia y vehemencia sus opiniones, en lugar de sacar el jugo que se podría haber extraído de alguien de la talla intelectual de Thiel.
En cualquier caso, algo que Thiel dejó caer en la entrevista y que me ha dado bastante que pensar fue lo siguiente: cuando hablamos de inteligencia artificial y su posible impacto en la economía, sociedad o incluso nuestro futuro como especie, solemos hablar de la consecución de la inteligencia artificial general (IAG)—la equiparable en capacidad a la humana pero en versión máquina—como gran hito, discontinuidad o punto de no retorno. Sin embargo, para Thiel, el hecho de que la generación tecnológica actual—ChatGPT y similares—haya sido capaz de superar el Test de Turing, puede ser el verdadero punto de inicio de la revolución, no la llegada a la IAG, y se sorprende del poco ‘bombo’ que le estamos dando al asunto.
Algo que llama también poderosamente la atención a lo largo y ancho de la entrevista es comprobar que el cerebro de Thiel está ‘cableado’ de forma diferente. Es asombrosa su capacidad y tendencia a pensar casi continuamente de forma alternativa a lo establecido o convencional, siendo además capaz de matizar con un un rango de confianza cómo de convencido está de sus teorías. Toda una lección de pensamiento contrarian en vivo y en directo.
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Qué ganas tenía de que volviera Suma Positiva 🥰
Muy bien estos articulos samuel... personalmente no leo mucho los relacionados a health que ultimamente se habian tomado la agenda. :)