Suma Positiva es una publicación semanal sobre startups, tecnología, innovación e inversión escrita por @samuelgil, Partner en JME Ventures.
A estas alturas de la película parece bastante obvio que el Coronavirus va a tener, al menos en el corto plazo, un fuerte impacto en la economía global. Si es suficiente o no para desencadenar una recesión económica duradera o se queda en un bache más o menos corto, sólo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, por favor, hagamos todo lo que esté en nuestras manos para evitar que esto ocurra.
A diferencia de la crisis de 2008, financiera y macro, la crisis que puede venir ahora es real y micro.
Pero, si hacemos un poco de zoom, veremos que no todos los sectores están siendo golpeados directamente de la misma forma.
La lógica nos dice que un periodo de reclusión en nuestras casas como el que nos espera es a priori positivo para todo aquello que nos permita hacer cosas a distancia, especialmente si se trata de asuntos de primera necesidad: trabajar, educarnos, recibir atención médica, hacer la compra o incluso entretenernos. No parecen del todo malas noticias—dentro de la catástrofe—para una parte importante del sector tecnológico/digital.
Sin embargo, las pérdidas que van a sufrir otros sectores como las aerolíneas, el turismo o el retail—por mencionar algunos de muchos—podrían tener un impacto indirecto en forma de caída de demanda en el conjunto, pues la economía es una máquina en la que los gastos de unos son los ingresos de otros.
Eso por no hablar de que algunas cadenas de suministro pueden verse afectadas, de que todos los eventos, ferias y convenciones de los próximos meses van a ser cancelados y de que, en general, el ruido y la incertidumbre son los principales enemigos de la toma de grandes decisiones, especialmente en las grandes empresas.
Ante este panorama, muchos de vosotros os estaréis preguntando qué hacer. Si bien por supuesto que no tengo una bola de cristal y lo que voy a decir es altamente subjetivo, espero que las siguientes líneas te sirvan de ayuda para navegar estos momentos.
Si tienes una startup
Ante todo, don’t panic.
El pánico no te va a servir de nada ni en el caso de que estemos exagerando la que se nos viene encima, ni en el de que nos estemos quedando cortos.
Cabeza fría.
Si algo nos da miedo, no hay que rehuirlo, hay que enfrentarse a ello. Y cuanto antes y con más decisión, mejor.
Como es obvio, lo primero es—seguramente lo has hecho ya—poner en marcha un plan que permita tanto como sea posible el trabajo remoto. Aquí un post muy interesante de los amigos de SeedRocket con algunos consejos.
Reajusta el presupuesto de 2020 considerando que tus ingresos para los próximos meses se pueden ver seriamente disminuidos. La productividad va a caer algo también. Es probable que tengas menos runway (meses de vida de acuerdo a la caja disponible y el consumo de caja presupuestado) del que pensabas. Eso significa una de estas tres cosas: que tendrás que entrar en rentabilidad con los recursos de los que ya dispones, que tendrás que acudir a los mercados de capitales antes, o que tendrás que estirar un poco más lo que tienes para no cambiar tus planes de financiación.
Aunque puede que en los próximos meses haya algo menos de dinero disponible—hacer fundraising de un fondo se puede complicar bastante en este entorno—, no creo que los mercados de venture capital se sequen por completo. Sin duda, va a ser un poco más complicado, especialmente en las próximas semanas. Sin embargo, un buen número de VCs nacionales e internacionales—tanto en Europa como en EEUU—acaban de anunciar nuevos fondos de tamaños bastante respetables. Por no ir más lejos, nosotros mismos tenemos más de €55M de pólvora fresca. Todos nosotros tendremos que poner a trabajar este dinero en los próximos meses y años y, para nosotros, trabajar en remoto aunque no es ideal, es perfectamente posible.
Dicho lo cual—y espero que por favor no interpretes que juego a mi favor, aunque estoy obviamente sesgado—es probable que tengas que rebajar un poco tus expectativas. Por un lado, los previsiblemente peores resultados de 2020—peores ingresos y peor crecimiento—tendrán seguramente algo de impacto en las valoraciones y/o en el tamaño de las rondas. Además, el hecho de que pueda haber algo menos de competencia por el lado inversor, puede inclinar la balanza del poder de negociación un poco a nuestro favor. No creo que sea dramático.
Si puedes, intenta mejorar tu situación de capital circulante: cobrando antes de tus clientes, pagando más tarde a tus proveedores y/o reduciendo tus niveles de inventario.
Si tienes deuda, habla con tus acreedores e intenta renegociarla. Deberían hacerse cargo de la situación y ofrecer algún tipo de ayuda. Situaciones como esta nos muestran una vez más lo peligrosa que es la deuda.
Estate atento a las posibles ayudas de la administración.
Necesites financiación externa o no, sé tan eficiente en el uso de capital como puedas, pero no te quedes parado. Pasarse de frenada recortando es casi tan peligroso como despilfarrar el dinero. Si no llegas a rentabilidad y tampoco creces—en sentido amplio—lo suficiente, convertirás tu compañía en “no invertible”.
De primeras, sé un poquito más conservador a la hora de invertir. Ten en cuenta que algunas de las hipótesis que utilices para estimar la rentabilidad de tus campañas de marketing o de tu fuerza de ventas, entre otros, pueden haber cambiado. Ojo, algunas puede que cambien para mal—las tasas de conversión pueden caer o los lifetimes se pueden acortar—, pero otras puede que cambien para bien. Por ejemplo, puede que tengas menos competencia en tus campañas de marketing o a la hora de atraer talento.
Yo no retrasaría contrataciones importantes. Si llevas tiempo buscando un perfil clave y lo encuentras, contrátalo. Por contra, si llevas tiempo pensando en si te equivocaste con alguna contratación, lo más seguro es que lo hicieras. Es el momento de actuar.
Retrasa o evita todo gasto, especialmente fijo, que no tenga un repercusión casi directa en los ingresos. Esa remodelación de la oficina, puede que tenga que esperar. Los momentos de crisis son tremendamente efectivos en ayudarnos a diferenciar lo importante de lo accesorio.
Con tu equipo, creo que el mejor consejo que te puedo dar es que intentes ser el jefe que a ti te gustaría tener en un momento así. Sé transparente y decidido.
Tan pronto tengas un plan, comunícalo para que todo el mundo esté en la misma página y no estén paralizados por la incertidumbre. Estoy convencido de que la actitud de mucha gente te va a sorprender.
Por supuesto, es más que normal que te sientas inseguro. Espero que tengas a tu alrededor varias personas con las que puedas mostrarte vulnerable. Hazlo. Sin duda, es un momento idóneo para que los buenos consejeros brillen.
Si crees que te puedo ayudar en algo, escríbeme un DM en twitter (@samuelgil).
¿Son estos consejos específicos para tiempos de crisis?
En absoluto, creo que estos consejos son aplicables a startups en cualquier momento. Y eso es lo que más tranquilo me deja.
La mejor forma de mantener la calma es tener un buen plan, revisarlo y ajustarlo periódicamente y ejecutarlo con el debido cuidado, pero sin bloquearnos por las turbulencias del corto plazo. No es coincidencia que se parezca mucho a lo que recomendábamos la semana pasada a los inversores particulares en #29: El dinero es emocional, invertir es racional.
Si quieres escuchar lo que otras personas con mucha experiencia están recomendando, te dejo un par de enlaces para que también lo consideres:
Jason Lemkin
Carlos Blanco
Si te estás planteando montar una startup
“A recession may not be such a bad time to start a startup. I'm not claiming it's a particularly good time either. The truth is more boring: the state of the economy doesn't matter much either way.” — Paul Graham, Y Combinator (2008)
Dice Paul Graham en Why to Start a Startup in a Bad Economy que, después de haber invertido en cientos de startups, estas triunfan o fracasan según las cualidades de sus fundadores. El resto—economía inclusive—es prácticamente un error de redondeo. Si eres el tipo de persona apropiado, triunfarás a pesar de la economía. Si no lo eres, no triunfarás ni con todo el viento de cola del mundo.
Si no me crees, fíjate en las compañías que se fundaron durante lo peor de la crisis financiera:
¿Debería esperar a que amaine la tempestad para empezar?
Probablemente no. La tecnología progresa de forma más o menos independiente de la economía, como un tren que sale periódicamente de la estación. Así que, si esperas a que la cosa mejore, es probable que llegues demasiado tarde.
¿Tiene más riesgo en momentos de crisis dejar un trabajo estable?
Es probable que para determinados roles sí, pero no es probable que la gente con perfiles técnicos vaya a tener problema para colocarse otra vez aún en caso de que la cosa salga mal.
La (mala) economía por supuesto que tiene un efecto: los clientes tienen menos dinero para gastar. La buena noticia es que muchas startups ofrecen soluciones más eficientes que precisamente ayudan a particulares y empresas a ahorrar dinero. El otro efecto es que en tiempos de recesión muchos inversores hacen lo contrario de lo que deberían: invertir igual o más que en tiempos de bonanza. Soy muy consciente de lo cansado y desconcertante que es el proceso de hablar con inversores para muchos de vosotros. Y no me extraña.
Sin embargo, una ventaja muy clara de los malos tiempos es que hay menos competencia. Menos competencia por atraer clientes, talento e inversión. Cuando el entorno ayuda, la competencia lo pone difícil. Cuando el entorno no ayuda, hay menos competencia. La eficiencia de los mercados hace que el listón de dificultad sea siempre parecido.
Los tiempos de crisis suelen ser buenos para los inversores que tienen la valentía de no asustarse y mantener el rumbo. Y tú como fundador, ¿qué eres sino el primer inversor en tu compañía?
“You're an investor too. As a founder, you're buying stock with work: the reason Larry and Sergey are so rich is not so much that they've done work worth tens of billions of dollars, but that they were the first investors in Google. And like any investor you should buy when times are bad.” — Paul Graham
Una buena cesta de recomendaciones. Creo que será útil divisar nuevos modelos que surgirán como consecuencia de esta crisis inesperada. Y también pensar si algunos modelos previos tendrán un problema transitorio de financiación o si será más estructural en función del mundo post covid-19