Hola, soy @samuelgil, Partner en JME Ventures.
Bienvenido a mi newsletter semanal, un lugar donde nos reunimos aquellos que creemos que la tecnología transforma juegos de suma cero en juegos de Suma Positiva.
Una de las prioridades que tenemos en JME ahora mismo es la de intensificar nuestra colaboración con el ecosistema español de business angels—esas personas tan valientes y necesarias que invierten su propio capital en las primerísimas etapas de las startups—y contribuir a su desarrollo.
Por ello, cuando me topé en twitter con un hilo de Àlex en el que contaba de forma brillante y sin tonterías su experiencia personal como inversor, se me ocurrió que podría ser un contenido interesante para todos los que os habéis planteado empezar pero no sabéis por dónde.
Espero que os guste.
Esta edición de Suma Positiva ha sido patrocinada por:
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A invertir se aprende invirtiendo
por Àlex Rodríguez Bacardit
Soy la típica persona que sufre de analysis paralysis. Antes de empezar cualquier proyecto, tengo que leerme todo lo que pueda sobre la materia para convencerme de que he reducido el riesgo de meter la pata. Si no estoy preparado, al menos, quiero no estar “inpreparado”. Soy lo que en catalán se diría un cagadubtes: una persona que duda mucho por naturaleza.
En esta edición de Suma Positiva os contaré cómo aprendí a invertir en startups y cómo he batallado el síndrome del impostor durante siete años. Lo haré explicando lo que me gustaría haber sabido cuando empecé.
Antes de nada, un poco de contexto.
Llevo siete años y medio invirtiendo: tengo 30 inversiones en mi portfolio personal y formo parte del fondo Itnig Fund One, y a pesar de eso, he sufrido mucho el síndrome del impostor todo este tiempo.
Es curioso que en el punto más álgido de mi síndrome del impostor, va y me contacta Samuel ofreciéndome escribir esta edición de la newsletter. Justamente en el día en que anunciaba que había decidido no tenerlo más, en este hilo de Twitter. Como le dije por privado: “Ayer no te lo habría aceptado. Hoy, sí”.
Me llamo Àlex Rodríguez Bacardit, soy de Barcelona, estudié Ingeniería Informática en la UPF y soy conocido por mi pasión por el metal extremo y por Pokémon. Vengo de familia proletaria, y como mi primer apellido indica, tengo varios millones de hermanos y hermanas en el mundo, así que no destaco por tener un privilegio de clase que deriva de un buen apellido. Y por el segundo… no me gusta el ron.
Sin embargo, tras varios años en consultoría tradicional, con mis dos amigos de la infancia, decidimos crear MarsBased, la empresa que lo cambiaría todo en mi vida. Primero me dio la libertad de poder trabajar cuando quisiera y desde donde quisiera, y también me ha dado la independencia financiera. En mi familia, mi educación y mi entorno nunca se habló de emprender, ni de invertir, así que no lo he mamado en casa ni en la escuela.
Si no vienes de una familia acaudalada, emprender (y que te vaya bien) es una de las pocas formas de hacer dinero en este país. Aunque no me he hecho rico, MarsBased me permite vivir el sueño de trabajar en un lifestyle business y poderme abrir paso en otros campos que me interesan como la inversión y el M&A.
Centrémonos en la inversión.
Igual que me pasó cuando creé MarsBased, sin clientes, sin nombre, sin reputación, sin mentores ni referentes, sin contactos ni inversión, y sin ni puta idea de cómo iba esto de emprender, me pasó lo mismo con invertir en empresas como business angel. ¿De dónde y de quién se puede aprender? o ¿cómo me formo?
Hé aquí un compendio de cosas que me gustaría haber sabido antes de empezar y que espero que ayuden a despejar dudas a inversores e inversoras aspirantes.
¿Qué es un business angel?
Esta es la pregunta a la que me enfrenté en 2015 cuando decidí que quería aprender a invertir y metí mis mil euritos en Kantox. Tenía mil euros en el banco y los metí allí.
Nota: Como veréis, mi historia es la de alguien que suele hacer muchas cosas que no se deben hacer pero le salen bien (fundar una empresa con amigos, los tres del mismo perfil, invertir dinero que necesitas, insultar a gente por Twitter, etc.). No sigáis mi ejemplo. Y en un tono más serio, el contenido de este artículo no es consejo de inversión.
Lo dicho, entonces me pregunté: ¿cómo se convierte uno en business angel? ¿hay alguna certificación? ¿hay que pagar para acreditarse? ¿hay un mínimo de inversiones, o de dinero por ticket?
La falta de información disponible en internet es una de las primeras barreras que te encontrarás como inversor primerizo. Peor: también hay que lidiar con la desinformación que ciertos actores del ecosistema crean para intentar pescar nuevos clientes en cursos de mentoring para nuevos inversores. Todo me olía a caspa, y por suerte no me enrolé en ninguno.
Pregunté a gente influyente de los negocios y la inversión cómo empezaron a invertir y qué hace falta para convertirse en inversor de startups. La respuesta que me daban siempre era la misma: alguien les propuso meter unos dineritos en tal startup, y luego en otra, y de manera progresiva y orgánica se encontraron invirtiendo. Ni más, ni menos.
Es por eso que no sé realmente qué es un business angel todavía más allá de la definición de libro. ¿Quieres ser un business angel? Puedes serlo siempre que inviertas en startups y asumas que vas a perder tu dinero.
¿Dónde invierten los business angels?
Empecé invirtiendo a través de un pledge fund de Barcelona. Un pledge fund es un vehículo de inversión donde los miembros deciden apuntarse a oportunidades de inversión, a diferencia de fondos tradicionales donde simplemente aportan capital al fondo, y este los distribuye en distintas inversiones. Con ellos, invertí en Kantox y Consentio. Las plataformas de este tipo son una buena manera de empezar, ya que eliminan o bajan las barreras de entrada para aspirantes a business angel: reducen el papeleo al mínimo, permiten invertir cantidades muy bajas y te ofrecen dealflow.
Todo esto, sin embargo, viene con peaje: suelen operar con comisiones. Algunas cobran comisión de entrada (comisión de gestión), algunas a éxito en la salida, y algunas en ambas. No es mejor ni es peor: es su modelo de negocio, y los pledge funds, angel syndicates (tipo Angelist o Republic) y plataformas de crowdfunding juegan el papel de captar potenciales business angels y pequeños/as inversores/as no profesionales, y no hay que pedirles más.
Sin embargo, con el tiempo, si haces las cosas bien, te empezará a llegar dealflow—oportunidades de inversión—a nivel personal, y cada vez usarás menos estas plataformas. Yo solo hice tres inversiones a través de ellas. Por otro lado, debo mencionar que gracias a liderar MarsBased y Startup Grind en Barcelona, he tenido acceso a ciertos deals a los que no habría podido llegar de otra manera. Si tus proyectos van bien, de manera orgánica te llegarán oportunidades.
Una verdad que no se comenta es que los mejores emprendedores no usan esas plataformas, por lo que la calidad de los deals no suele ser la mejor en términos estadísticos. Sin embargo, siempre habrá algún outlier que confirme su versión (sesgo de confirmación). Estas herramientas pueden ayudarte a levantar capital en tu primera empresa, cuando no tienes una red de contactos, igual que lo harán las aceleradoras e incubadoras, pero por lo general, en tu segunda empresa ya no lo necesitarás. No me imagino a Nacho González-Barros o a Mar Alarcón haciendo un crowdfunding para levantar pasta para sus siguientes empresas, francamente.
Entonces llega el momento de la verdad: las inversiones “directas”.
Llegará el momento en que puedas formar parte del cap table de una empresa porque te quiere a ti en su cap table y puedas ser de los primeros inversores de una nueva startup, algo que no puedes rechazar por la ilusión que te hace. Ahí es donde esto se convierte en un trabajo a jornada completa.
Mientras inviertes a través de terceros, es prácticamente como jugar a la bolsa o hacer apuestas. Míratelo un poco, a ver si te lo crees o no, acepta condiciones, firma, paga y olvídate, porque la startup ni sabe quién eres. Cuando te metes a hacer inversiones directas, te va a tocar aprender de pactos de socios, sindicatos, special purpose vehicles, liquidation preferences, notas convertibles y te tocará ir muchas veces al notario a ver oficinas de gente que usa burofaxes, lenguaje arcaico, tiene una Olivetti en su mesa y una habilidad innata para anclarse en el pasado más remoto y resistir al paso del tiempo.
El síndrome del impostor es real
Probablemente esto no aplique o no le importe a mucha gente que lee esta newsletter, pero en el sector del emprendimiento, y todavía más en el de la inversión, hay una falta de diversidad preocupante. Uno de los vectores de diversidad menos servidos es el de la clase social. Prácticamente nadie del sector viene de familias con rentas muy bajas, y todo el ecosistema gira en torno a asumir que todo el mundo tiene dinero.
Esto es un problema cuando eres la excepción. Cuando has vivido toda tu vida con menos de cinco mil euros en el banco, o cuando has tenido que decirle a tus padres con diez o doce años que no te pongan ortodoncia porque eso significa no tener vacaciones este año, te sientes MUY perdido en ciertos entornos. Pasas de esto a invertir varios miles de euros en empresas que sabes que van a fallar, y es una realidad que cuesta de aceptar.
No tener un background financiero ni venir de una familia acaudalada te pone las cosas más difíciles, ya no para invertir ni emprender, sino en la vida en general. Ser un inversor bootstrapped, como lo llamo yo, hace que te sientas mucho menos parte de este sector porque tú has tenido que labrarte cada una de las fichas que estás invirtiendo cuidadosamente, mientras que hay gente que nace con fichas infinitas en la partida de póker que es la vida, y puede permitirse fallar las veces que haga falta porque no sabe lo que es el poderse quedar fuera de la sociedad por tomar una sola mala decisión financiera.
Si eres como yo, te sentirás un fraude durante mucho tiempo. ¿Cómo puede ser que esté en listas de business angels al lado de gente como Cabiedes? Es decir, ¿cómo puede ser que yo, en su momento, con 3 ó 4 inversiones de medio pelo, apareciera en listas de business angels al lado de motherfucking Cabiedes? Es tan injusto como decir que el RCD Español es un equipo de fútbol, cuando esa misma categoría se usa para equipos nobles y que realmente juegan a fútbol como el Barça, el Madrid, el Milán o el Liverpool, por ejemplo. Técnicamente, es verdad: éste término define lo que haces, pero no te informa de tu historial ni de tus logros o categoría.
Durante mucho tiempo no te presentarás como inversor, ni lo mencionarás en entrevistas. Quizás hasta lo hagas en privado. Yo no me lo puse en LinkedIn hasta el año pasado, y aún me da vergüenza cuando me presentan en sitios como inversor. Supongo que tiene que ver con mi background, y por un lado, espero que no cambie nunca para no olvidar mis orígenes, pero por el otro, creo que es positivo afirmarse para dar ejemplo a los que quieran venir detrás. Además, es un error garrafal comparar el capítulo cero de tu vida con el capítulo diez de otra persona.
Si haces una lectura positiva, el síndrome del impostor ataca a esos que están progresando y avanzando en sus carreras.
Si lo miras así, se ve de otra manera.
¿Qué tipos de business angel hay?
El tiempo pone a cada cual en su sitio. Tú puedes ponerte “investor” en la bio de Twitter o en LinkedIn, pero si no inviertes en nada, la gente lo sabrá. ¿Cómo se sabe si es algo privado, a priori? Pues porque quien tiene que saber que inviertes son los otros business angels, no los emprendedores. El mejor dealflow (salvo un tipo de inversión que comentaré más adelante) es el que te pasan los otros business angels. Este viene ya validado, y si encima te invitan a invertir en una startup en la que ya han invertido ellos/as, mucho mejor.
Los emprendedores tiran a todo, y ese dealflow te llegará de todas formas.
Si no inviertes mucho, o haces tickets paupérrimos, te labrarás una reputación como tal, así que otro aprendizaje es saber aceptar cuál es tu sitio como inversor.
Yo todavía no he hecho ninguna inversión superior a 10.000 euros, por lo que mi papel es el de “te doy la pasta y me aparto”. Te ofreceré ayuda, te daré mi whatsapp y te diré que me llames si me necesitas, pero no te pediré reports, no querré estar en tus advisory boards, no te auditaré las cuentas ni la tecnología, ni te usaré para beneficio propio. A lo sumo pediré referencias tuyas a gente del sector, pero con estos tickets, no hay que hacer perder el tiempo a los emprendedores por tu capricho de querer invertir.
Si invirtiera 50.000 euros por startup, probablemente me interesaría más, por tener un porcentaje relevante de la empresa, pero con menos del 1%, pedirles tiempo a los emprendedores es tener el ego demasiado grande. Si todos los inversores minoritarios pidieran una reunión mensual con la startup, esta no tendría tiempo de operar.
A cambio de tickets pequeños, veo a demasiada gente que quiere auditar las startups early stage como si fueran las rondas C y ellos fueran Sequoia.
Invertir en etapas tan iniciales como FFF o pre-seed es como jugar al bingo. Es un juego de números en el que hemos visto fallar a grandes emprendedores en serie y, por contra, levantar grandes empresas a gente completamente desconocida, como Wallbox, Teambox o Social Point, por decir algo.
Todas, absolutamente todas, las empresas en las que he invertido han cambiado de B2B a B2C o viceversa, han cambiado de nombre, de mercado, de modelo de negocio (3 o 4 veces), de tecnología, incluso de equipo fundador. Invertir en una startup es creer que esa empresa tiene una cosa de veinte que puede hacer que valga muchos millones más adelante, pero acertar cuál de esas veinte es harto complicado.
Características de un business angel
Se suele decir que un business angel tiene que marcar estas tres casillas de alguna manera: que tenga dealflow, que tenga dinero para invertir y que tenga impacto en sus inversiones. Me atrevo a decir que con dos de ellas basta.
Si no tienes dealflow pero tienes dinero e impactas positivamente a tus inversiones, siempre puedes invertir a ciegas donde se metan tus colegas. Si tienes dealflow e impacto pero no dinero, probablemente puedas invertir poco dinero a cambio de arrastrar a otros inversores que confíen en tu criterio, y eso es muy valioso para una startup. Si tienes dinero y dealflow pero no tienes impacto, dales el dinero y apártate.
Si solo tienes una, tus posibilidades como business angel son más limitadas, o es que todavía no estás preparado/a.
Otra cosa que tiene que tener un business angel es una reputación inmejorable. Hasta hace relativamente poco, algunos inversores campaban a sus anchas, con termsheets agresivos, apretando a los emprendedores y sabiéndose escasos, y por tanto, tenían la sartén por el mango. Peor aún: algunos aprovecharon su posición de poder para acosar sexualmente a emprendedoras o amenazar a emprendedores novatos, y no han sido pocos casos.
Os cuento un par de ejemplos de alguien que sigue campando a sus anchas en el panorama startup español. Un cliente que teníamos en MarsBased decidió levantar una ronda de financiación para su producto. Cuando tenía el 70%, este inversor en concreto le dijo “me gusta tu idea, te invierto pero me quedo el 51% de tu empresa”. Nuestro cliente rechazó la propuesta, y el inversor llamó a sus colegas que ya estaban en la cap table para que se retiraran de la ronda, y así lo hicieron. La empresa se fue a pique.
Diréis, suena a trola del emprendedor, que nos dejó un agujero de deuda en el segundo año de la empresa por impago. El caso es que la misma persona le hizo exactamente la misma jugada a una persona muy cercana de mi entorno. Blanco y en botella.
Como decía, el tiempo pone a cada cual en su sitio. Yo no invierto en empresas que tengan a esta persona en su cap table, y lo digo abiertamente al emprendedor. El caso es que ya lo he escuchado de otra gente y de otros inversores.
La financiación dilutiva está tendiendo a convertirse en commodity. Escoged bien a vuestros inversores porque algunos los tenemos en cuenta para invertir en vuestras empresas.
El mejor dealflow
Se suele decir que el mejor dealflow viene de las warm intros, y por lo general, como decía antes, ya viene validado, o doblemente validado si quien te la presenta ya ha invertido en esa empresa. Pero hay un tipo de oportunidades mejor que este.
Hay una ventaja que tenemos los fundadores de empresas respecto a inversores más tradicionales o inversores puros. Hay founders que solo invitan a otros founders a la primera ronda para evitar inversores. Yo llamo a esas rondas las FIF - Founders Investing in Founders. Generalmente son el equivalente de la FFF pero se cierran en cuestión de horas con gente de altísimo valor y que se respetan entre ellos.
Pero hablemos también del peor dealflow. ¿Hay que evitar fuentes de dealflow? Está claro que, cuando empiezas, quieres ver muchos decks, porque la lógica es: a más decks, más posibilidades de ver cosas interesantes. Falso: eso solo es viable si tienes un equipo que se dedica a peinar mercados enteros. Si eres un fondo de capital riesgo y tienes un equipo de analistas, adelante, la pesca por arrastre te puede ayudar a encontrar el outlier.
Como business angel, tienes que optimizar la calidad de las oportunidades. De nada sirve ver 15 decks a la semana si son todos morralla. El coste de oportunidad se incrementa con cada inversión mala que haces. La meta debería ser revisar exactamente el mismo número de decks por semana. Yo recibo unos 15 por semana, de media, pero a fondo me miro uno o dos.
Recibo mucho spam por LinkedIn y por correo de empresas que hacen puerta fría, generalmente a inversores de fuera de su país, lo cual para mí ya es una señal de que no están levantando capital en su propio mercado. ¿Por qué un fundador de Suecia o Turquía debería contactarme a mí, sin conocerme de nada, para pedirme mi dinero? Si tuviera relación con él o ella y me quisiera en su cap table porque sabe a qué me dedico y quién soy, lo entendería, pero generalmente estos deals son de pésima calidad. No tiene sentido invertir el tiempo en una posibilidad infinitesimal de que esto vaya bien. Y, evidentemente, cero ventajas fiscales por invertir en empresas de fuera.
Por eso decía que tienes que decidir qué tipo de inversor quieres ser. Encuentra tu pitch como inversor. El mío es el de “invierto en empresas tecnológicas B2B o que todavía no saben que serán B2B de gente que ya haya creado una empresa antes”. Hace tiempo que decidí que no sé ver el potencial en first-time founders, así que quiero especializarme en segundos intentos. Lo mismo que no sé nada de B2C, por lo que prefiero centrarme en B2B.
Cómo analizar oportunidades
En mi opinión, es más importante saber en qué no quieres invertir que en qué sí. Cuanto más “no” tengas, menos ruido tendrás en tu dealflow. A menos decks revisados por semana, mejor los analizarás y más informada será tu decisión para cada uno de ellos. No caigas en la trampa de estar constantemente revisando decks y no invirtiendo en las empresas, porque entonces serás un analista, no un inversor.
Yo uso el framework siguiente:
Si me lo pasa una persona en quién confío que ya ha invertido, me lo miro por encima e invierto.
Si me lo pasa una persona en quién confío pero no ha invertido, me lo miro con más atención pero probablemente no invierta.
Si me llega por otros canales, le echaré un vistazo por encima y lo descartaré.
En los dos últimos casos hay una excepción: si el deck logra capturar mi atención con uno o dos vistazos rápidos, quiere decir que es demasiado bueno como para dejarlo escapar. Si, por lo contrario, acabo el deck y no he logrado retener nada o pararme con detenimiento en ninguna slide en particular, es que no merece la pena.
Tus primeras inversiones serán más bien mediocres porque todo te parece bien y te lo crees todo, pero luego es más difícil que te cuelen goles. Sin embargo, a medida que ganas experiencia, pierdes la naiveté que te hace ser más receptivo. Yo no he sabido encontrar este balance. Me sabe mal no poderos ayudar con eso.
Conclusiones
Uno de los aprendizajes que he sacado entrevistando a gente durante casi diez años ya, y consumiendo infinidad de podcasts, blogs y otro contenido relacionado, es que intentar aprender de las historias de gente de éxito es, esencialmente, como preguntarle a alguien que le ha tocado la lotería cómo hacer dinero. No porque crea que todo es suerte—que no lo es, ¡ni mucho menos!—pero porque virtualmente nada de lo que puedas escuchar te puede servir. No estás ni en el mismo país, ni tienes sus contactos, ni su experiencia, ni sus aprendizajes en casa, ni su nivel de educación, ni su situación económica, ni es el mismo momento, además de otros cien otros factores que juegan en la ecuación del emprendimiento o la inversión.
Generalmente, aprenderás mucho más haciendo que leyendo. Yo mismo, si hubiera invertido todo el tiempo que dediqué a devorar posts de blogs, seguir tutoriales, diseccionar entrevistas y absorber guías, a hacer, habría llegado a conclusiones similares mucho antes.
Con mis primeras inversiones aprendí a no usar plataformas para evitar sus comisiones. Con las primeras donde me sindiqué aprendí que sudar para meter mil euritos de nada con calzador suele no valer la pena. Con las primeras en el extranjero, aprendí que es muy caro invertir desde aquí. Con alguna inversión he aprendido que por muy bien que te caiga él/la founder, y que se lo haya currado insistiéndote de manera creativa, igual no debería haber invertido. Con otras, he aprendido que invertí más porque me gusta el sector que porque me gusta la empresa. Pero por lo general, si lo miras de manera optimista, pagas por aprender.
Algunos consejos rápidos para terminar:
Una vez te comprometas a una inversión, mueve ese dinero de tu banco a otra cuenta para que ya no cuentes con él. Hay rondas que se dilatan demasiado y cuando te hacen el capital call, puede que hayas empleado ese dinero en otra cosa.
Haz previsiones de cashflow. Muchas rondas suceden en junio/julio, y entre esto y el bofetón de hacienda, te pueden joder el verano.
La reputación del inversor se crea invirtiendo de manera frecuente. Guárdate siempre un remanente para hacer pequeños tickets a lo largo del año para estar siempre preparado para invertir. Cuánto más tiempo lleves parado, más te costará reengancharte y no podrás evitar que corra la voz de que ya no estás activo.
Sindicarse con mucha gente para poder llegar al ticket mínimo puede parecer una buena idea, pero los incentivos fiscales son nulos o prácticamente nulos, por lo que ese esfuerzo igual no te merece la pena.
No asumas que todo el mundo sabe más que tú. Salvo inversores que se dedican al 100% a esto, muchos business angels están igual de perdidos que tú.
No confundas construir una marca como inversor con una reputación. Es muy distinto.
Seguro que me dejo cosas, pero he intentado ser lo más fiel al tipo de contenido que me habría gustado encontrarme en mi primera búsqueda en Google de ¿qué es un business angel?
Para más dudas, conectad conmigo en Twitter: @lexrodba o escribidme a alex@marsbased.com
Gracias por leer Suma Positiva.
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Me ha encantado tu artículo Alex. Enhorabuena Samuel!
Sin embargo discrepo en la parte de:
"No tener un background financiero ni venir de una familia acaudalada te pone las cosas más difíciles, ya no para invertir ni emprender, sino en la vida en general."
Creo precisamente que eso es una fortaleza. Las personas, cómo tú dices, acaudaladas sufren muchísimo la incomodidad. El obstáculo es el camino, y para quien sólo ha tenido obstáculos y los ha superado, la vida es mucho más satisfactoria. Eudaimonia frente a Hedonismo.
Lo que yo llamo. La venganza de los empollones.
Puede parecer anti-intuitivo. Pero la comodidad trae depresión, malas decisiones, obesidad mental y física.
La hormésis fortalece
La comodidad nos extingue
Enhorabuena por lo que has conseguido!
El "estátus" no se mide con dinero. Las personas con "estátus" nunca podrán "comprar" lo que tú has hecho.
El "estátus" lo da conseguir metas que no se pueden comprar.
Intentar aprender de las historias de gente de éxito es, esencialmente, como preguntarle a alguien que le ha tocado la lotería cómo hacer dinero.
Samuel enmárcala.
Es como aprender a hacer una paella o hacer una cirugía a corazón abierto, entrevistando y oyendo podcast....
Aunque... creo que leer, formarse, hacer podcast, escucharlos, no es tirar ni el tiempo ni el dinero.