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Hola, soy @samuelgil, Partner en JME Ventures.
Bienvenido a mi newsletter semanal, un lugar donde nos reunimos aquellos que creemos que la tecnología transforma juegos de suma cero en juegos de Suma Positiva.
La edición de Suma Positiva de hoy viene a cargo de Bosco Soler, un arquitecto convertido en emprendedor y fundador de SinOficina, el primer coworking online que reúna a +700 emprendedores digitales que viven de internet.
Bosco nos viene a hablar de los lifestyle businesses, negocios creados y gestionados habitualmente por una única persona—con ayuda de colaboradores externos, si fuese necesario—para financiar un estilo de vida que antepone la libertad de movimiento y acción a cualquier otra consideración.
Predica con el ejemplo: ha vivido y recorrido más de 50 países mientras trabaja en remoto y escribe sobre nomadismo digital y la creación de negocios online unipersonales.
Me parece importante traer este tema a la newsletter para dar visibilidad a otro estilo de emprendimiento radicalmente diferente de lo que veo en mi día día, pero igualmente valioso, aunque no tenga ni de lejos la misma visibilidad.
Mi esperanza es que algunos de vosotros descubráis este camino o que sintáis el último empujoncito que os faltaba para saltar a la piscina, si lo llevabais un tiempo pensando.
Esta edición de Suma Positiva ha sido patrocinada por:
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Emprender para vivir
por Bosco Soler
—Piénsatelo—me dijo con una media sonrisa—. La idea del coworking online nos parece muy potente y con nosotros podrías construir algo grande.
Colgaron y respiré profundamente. Ahí la tenía: la encrucijada que sabía que llegaría tarde o temprano. Aceptar inversión o seguir autofinanciándome. Convertir SinOficina en una startup o seguir siendo un lifestyle business.
En el fondo sabía la respuesta, pero volví a repasar en mi cabeza cómo había llegado hasta allí y por qué iba a rechazar la oferta de inversión de la misma manera que ya había rechazado tener socios y empleados.
Muchas maneras de emprender
Yo estudié arquitectura pero descubrí que, en realidad, lo que me gustaba era construir cosas, estuviesen hechas de hormigón armado o de unos y ceros. Mi paso por un programa de emprendimiento me llevó a pensar que emprender consistía en tener una buena idea y tratar de convencer a unos tipos para que te diesen un montón de pasta. Luego emplear ese dinero para contratar equipo, crear producto y crecer a toda costa hasta llegar al exit.
Y sí, claro que el venture capital tiene sentido en muchos casos, especialmente para productos que se benefician de los efectos de red. Hay negocios que sí o sí necesitan de financiación externa para crecer y para seguir existiendo. Y también hay emprendedores con la vocación y la motivación de crear algo que pueda crecer tanto como para provocar un cambio significativo en la sociedad.
Lo respeto—y lo admiro—pero no era mi caso. Yo quiero emprender para elegir cuándo y desde dónde voy a trabajar, sin dar explicaciones a nadie y sin que nadie dependa de mí. Emprender como un medio, no como un fin. Emprender para vivir.
Por eso elegí crear un lifestyle business.
Cuestionando el crecimiento
Llámalos lifestyle businesses o llámalo micronegocios, one-person businesses, solopreneurs, indie makers…Yo los llamo MiNeOns (de MicroNegocios Online) y Paul Jarvis los llamó Company of One, definiéndolos como negocios que cuestionan el crecimiento a toda costa y que optimizan para el beneficio a largo plazo.
Te lo bajo a tierra comparándolo con una startup tradicional:
1 / Foco en libertad vs foco en crecimiento
La mayor diferencia entre un lifestyle business y una startup está en su propósito.
Mientras que el objetivo en una startup es aumentar continuamente los usuarios, clientes, métricas y beneficios, en un lifestyle business se pasa cada decisión por el «filtro de la libertad». ¿Cómo condiciona esta decisión mi libertad en el futuro? Si alquilo una oficina, ¿voy a poder seguir viajando cuando yo decida? Si contrato más gente, ¿voy a poder seguir pasando las tardes con mis hijos?
El producto del éxito no es la escala, es la libertad. —Paul Jarvis
El nombre de lifestyle business viene de que crear un negocio que nos permita llevar el estilo de vida deseado, definiendo primero el estilo de vida y luego creando un negocio compatible, en lugar de buscar un trabajo y adaptar el estilo de vida a él.
2 / Control total vs control compartido
Cada ronda de financiación implica una pérdida de control del fundador o fundadores —a cambio de otras cosas, evidentemente—. Pero si eliges no tener socios ni financiación externa, el negocio es 100% tuyo. No tienes que rendir cuentas ante nadie ni preguntar antes de tomar decisiones.
También para los beneficios: es posible que un ARR de €100K en una startup no parezca mucho, pero en un lifestyle business es un buen sueldo.
3 / Colaboraciones vs contrataciones
Al leer el punto anterior quizás te haya venido a la cabeza el bootstrapping o autofinanciación. Un lifestyle business va a un paso más allá —o se queda un paso más atrás— y simplifica hasta el extremo de eliminar también el equipo.
Con un lifestyle business sigues teniendo colaboradores y delegando ciertas partes de tu negocio pero habitualmente no tienes empleados. La nómina de nadie depende de lo bien o mal que vaya el negocio. No hay ERTEs ni marrones entre empleados.
4 / Resiliencia vs apuesta
Crear una startup es una apuesta a lo grande —9 de cada 10 fracasan pero las que lo consiguen llegan muy lejos—. Go big or go home es el mantra. Pero en una startup estás construyendo un castillo de naipes y hay muchas cosas en juego. Una mala racha y unos objetivos no cumplidos pueden crear el efecto dominó que destruya el proyecto. Nada es demasiado grande para fallar.
Un lifestyle business es resiliente. No adquiere deudas. No trata de anticiparse al cisne negro sino que crea la infraestructura adecuada para expandirse o contraerse según las circunstancias. Por ejemplo, creando una red flexible de freelancers colaboradores. En última instancia, el proyecto puede reducir los gastos al mínimo para sobrevivir, adaptarse y renacer de las cenizas.
Anticipándome a las críticas
No he venido a la newsletter de un VC a afirmar que emprender con un lifestyle business es la mejor opción. Es solo una manera más de hacerlo pero que muchas veces pasamos por alto. Hay gente que vive una mala experiencia montando una startup —despidos, estrés, problemas de salud, disputas con socios— y piensa: «No valgo para emprender». Bueno, quizás sí valgas pero nunca te has planteado emprender a otro ritmo.
Me anticiparé, sin embargo, respondiendo a críticas habituales sobre los lifestyle business y dejo abierto el sano debate en los comentarios.
1 / Un lifestyle business no crece
Si nombras lifestyle business en determinados entornos startuperos te mirarán con extrañeza y, quizás, condescendencia. Mientras ellos hablan de MRRs exagerados y de equipos que no paran de crecer, tú te sentirás como si estuvieses aprendiendo a nadar en la piscina pequeña.
Y es que ser pequeño se entiende como una etapa, no un fin en sí mismo. Cuando para un lifestyle business permanecer pequeño es una elección.
Un lifestyle business sí crece. Pero no necesita que el gráfico de crecimiento sea un palo de hockey. No necesita que nadie multiplique ×10 lo invertido. Simplemente que la diferencia entre ingresos y gastos sea mayor cada año. Simple.
2 / Un lifestyle business no te hace rico
Un lifestyle business puede ser de servicios (freelancing), que es menos escalable, o puede emplear el coste nulo de replicar contenido o software para crear negocios mucho más escalables (y rentables).
Joe Rogan vendió los derechos de su podcast por —supuestamente— $200 millones. Pieter Levels ingresa $100K al mes con la suma de sus negocios de IA y trabajo en remoto. Evidentemente ellos son una excepción, como también lo son los exits millonarios en el mundo startup, pero en SinOficina existen cientos de negocios rentables y emprendedores viviendo (bien) de ellos y plataformas como Acquire (antes Microacquire) son testigos de ventas de micronegocios digitales muy jugosas.
Igualmente, insisto: alguien que monta un lifestyle business está priorizando la libertad de tiempo y de localización frente al beneficio económico, por lo que si realmente buscas es hacerte rico/a, quizás no sea tu mejor opción.
3 / Un lifestyle business es para quienes no son suficientemente ambiciosos
«No piensas en grande. Te autosaboteas». Esto lo he oído en varias ocasiones y durante un tiempo me llegó a afectar. Hasta que me di cuenta que simplemente entendemos la ambición de manera diferente.
Siguiendo con la analogía de David Bonilla sobre one-man armies, es igual de ambicioso tratar de crear la mejor experiencia en un restaurante de Estrella Michelin que expandir una franquicia de hamburguesas por medio mundo. Mi ambición no tiene por qué ser crear la mayor comunidad de emprendimiento de habla hispana, sino crear la mejor. Aunque esto suponga, por ejemplo, limitar temporalmente las altas para conocer todos y cada uno de los proyectos que pertenecen a la comunidad.
Por otra parte, para el creador de un lifestyle business la ambición no tiene que estar ligada necesariamente a su negocio, sino a su vida. Viajar a un centenar de países es ambicioso. Tener un calendario sin reuniones de trabajo es ambicioso. Pasar cada vez más tiempo con la familia también.
Qué has de tener en cuenta
Más allá de lo obvio —automatiza, delega, etc.—, si esta manera de emprender conecta contigo aquí tienes una serie de consejos que he ido aprendiendo por el camino:
1/ Empieza pequeño
Acepta tus limitaciones. No puedes enfrentarte a equipos bien financiados. La buena noticia es que no hace falta hacerlo. Ofrece un servicio, crea un contenido o construye un producto más específico. No necesitas un mercado tan amplio como ellos.
No crees Anchor, crea una herramienta de analítica para podcasters. No crees Discord, crea un bot para gestionar el acceso de sus miembros.
2 / Define qué es suficiente
Como escribe Jarvis, hay dos fases de crecimiento en un lifestyle business:
Pre-suficiencia es la etapa hasta que alcanzamos la rentabilidad. Es la más dura. Ponemos el foco en buscar palancas de crecimiento y en adquisición.
Post-suficiencia viene después. Ya hemos alcanzado la rentabilidad buscada y ahora ponemos el foco optimizar procesos para ganar en libertad.
Determinar qué es suficiente (en ingresos, clientes, infraestructura) nos permitirá no quedarnos más tiempo del necesario en la primera etapa, anclados en la búsqueda del más y más sin sentido.
3 / Apaláncate en tu audiencia
Tu ventaja competitiva frente a empresas con mucho más presupuesto en publicidad es construir capital social: empatizar con tu audiencia o clientes potenciales y ganarte su confianza durante todo el proceso de venta. Es mucho más sencillo conectar con personas que con empresas; con marcas personales que con marcas comerciales.
Muchos creadores de software independientes comparten lo que van haciendo públicamente en Twitter (#buildinpublic) precisamente para ir cultivando un audiencia en la que apalancarse y de la que obtener feedback para ir iterando el producto.
4 / Emprende en comunidad
Tener un one-person business no significa emprender en solitario. Encuentra tu tribu y apóyate en ella.
Formar parte de una comunidad te permitirá conocer cómo se han enfrentado otros a los mismos problemas, recibir recomendaciones, continuar formándote y elaborar una red de contactos y amistades. Hazlo también por salud mental.
5 / Controla tu ego
La sociedad tiende a respetar y admirar más a los grandes empresarios y, por eso, tu ego te impulsará a seguir ese camino. No entres en el juego de «a ver quién la tiene más grande» y asegúrate de ser tú quien toma las decisiones.
Hace un par de años me ofrecieron dirigir una startup reconocida con más de 50 empleados. Me imaginé mi bio de Twitter: Bosco Soler, CEO de [xxxxx]. Me imaginé codeándome con otros CEOs, hablando de liderazgo y de motivación. Saliendo en revistas de negocios. Me permití, por unas horas, disfrutar de esa ilusión.
Luego me hice las preguntas incómodas: ¿por qué sacrificar un negocio 100% mío, rentable, sostenible y que me apasiona por dirigir la empresa de otro? ¿Por qué privarme de la libertad de acción, de horarios y de localización de la que disfrutaba en ese momento? ¿Por qué haría eso si no es por ego?
Hoy escribo esta edición de la newsletter desde un pueblo de la Toscana, antes de continuar una ruta de varios meses en coche hasta Grecia, feliz de haber decidido quedarme con mi lifestyle business.
Gracias por leer Suma Positiva.
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#161 Emprender para vivir
Invitando a Bosco a esta newsletter barajo tres opciones: 1.- Has exorcizado tus demonios internos. 2. Te has dado un tiro en el pie. 3.- Te has vacunado contra semejante idea. .. aunque realmente muestra apertura total mostrando que hay muchas maneras de vivir, y una sola de estar muerto.
Bosco conecta con nuestro lado más salvaje, sin duda, high level.
Creo que nos hacemos muy poco las preguntas que Bosco plantea en esta edición sobre el tipo de vida que quieres llevar gracias a tu negocio. Parece que el objetivo de un emprendedor debe ser siempre terminar teniendo equipo pero, ¿qué pasa si no quiero ese tipo de negocio? Gracias por el artículo!🙏