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#130 Fin de temporada. Mejores momentos.
Hola, soy @samuelgil, Partner en JME Ventures.
Bienvenido a mi newsletter semanal, un lugar donde nos reunimos aquellos que creemos que la tecnología transforma juegos de suma cero en juegos de Suma Positiva.
Bienvenidos a la última edición de Suma Positiva de la temporada 21/22.
Os engañaría si no os dijera que, como cada año, llego bastante cansado a estas fechas y necesito un tiempo para recargar pilas y volver con más fuerzas, ideas y temas interesantes para la próxima temporada.
Os engañaría aún más si no os dijese que el esfuerzo ha valido muchísimo la pena.
Empezamos allá por el mes de septiembre con unos 12.000 suscriptores y vamos a acabar sobrepasando por un pelo la barrera de los 16.000. Todo de forma orgánica gracias a vuestras recomendaciones a otras personas. Esto sin contar la gente que la lee sin estar suscrita, que son también unos cuantos.
Y esto es lo de menos. Lo más importante para mí es recibir frecuentemente mensajes de personas a las que esta newsletter les ha ayudado a mejorar en alguna faceta de su vida. ¿Se puede pedir más?
Antes de nada, me gustaría agradecer una vez más a las personas que han colaborado este año como firmas invitadas y que tanto enriquecen la publicación. Este año han sido:
Haydée Barroso, Carlos Otermin y Carlos Rodríguez Maribona nos hablaron del rol del COO
Tomás Pueyo nos habló del fin de los Estados-Nación
Miguel Meca, María Ares, Gonzalo Pastor, Patxi Archanco, Carlos Echalecu y Javier de la torre nos hablaron del rol del CFO
Javi Santana, Felipe Talavera, Angélica Lozano, Miguel Carranza, Chema Roldán y Sergio Gago nos hablaron del rol del CTO (1, 2)
Javier Recuenco nos habló de su pasión por la música indie y sobre complejidad y generación de demanda
Ana Asuero, Diego Mariño, Manuel Vida, José Ramón Pérez Agüera y Javier Escribano nos hablaron del rol del CPO
Daniel Tallón (¿conoces Tax Down?), José Carlos Cortizo, Vicent Martí y Gemma Escribano nos hablaron del rol de CMO
Andrés Torrubia nos habló de inteligencia artificial en Software 2.0
Alberto Arenaza no habló sobre el futuro de la educación
Pablo Melchor nos animó a donar más y mejor con su altruismo efectivo, y el equipo de donación que creamos recaudó más de 12.000€
y con los cuales hemos tenido un impacto más que interesante en la vida de muchas personas, especialmente niños. ¡Gracias!
Salvador Mas nos habló del fascinante mundo de las finanzas conductuales
Ignacio Arriaga nos habló de bootstrapping
Janira Planes nos habló de la fascinante y a veces extravagante cultura de internet
De nuevo, muchísimas gracias a todos vosotros por leer, contribuir y patrocinar Suma Positiva.
Esta edición de Suma Positiva ha sido patrocinada por:
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Fin de Temporada. Mejores momentos
Cómo dormir más y mejor
Los científicos han descubierto un revolucionario nuevo tratamiento que prolonga la vida. Mejora tu memoria y te hace más creativo. Te hace parecer más atractivo. Te mantiene delgado y reduce los antojos de comida. Te protege del cáncer y la demencia. Mantiene alejados a los resfriados y a las gripes. Disminuye tu riesgo de sufrir infartos e ictus así como de desarrollar diabetes. Te hará sentir más feliz, menos deprimido y con menos ansiedad.
¿Te interesa?
Si, como hacía yo, piensas que el sueño es básicamente descanso para el cuerpo y la mente, estás profundamente equivocado. El sueño es un proceso extraordinariamente rico y complejo en el que ocurren cosas únicas y sorprendentes, imprescindibles para nuestra existencia, tanto a nivel físico como mental.
Si estás durmiendo habitualmente menos de seis o siete horas al día estás poniendo en grave riesgo tu salud.
Asimismo dábamos algunos consejos sobre higiene del sueño para dormir mejor.
La brecha exponencial
El mundo que nos rodea cambia a más velocidad que nunca. Energía, computación, comunicaciones, manufactura, biotecnología. You name it.
Sin embargo, nuestras emociones paleolíticas y nuestras instituciones medievales no son capaces de seguir el ritmo a una tecnología que ha alcanzado niveles propios de los dioses. Mientras que las primeras avanzan, con suerte, a un ritmo lineal, la última lo hace, sin despeinarse, a un ritmo exponencial.
Eso provoca que se esté abriendo una brecha en nuestra sociedad: la brecha exponencial.
El arte y la ciencia de respirar
“Da igual lo que comamos, cuánto ejercicio hagamos, cuán resistentes sean nuestros genes, lo delgados, lo jóvenes o lo sabios que seamos. Nada de esto importará a menos que respiremos correctamente. El pilar que le falta a la salud es la respiración. Todo empieza por aquí.”
Cada día, un adulto que cuida su salud duerme entre seis y ocho horas, come entre una y cinco veces, y, con suerte, hace alrededor de una hora ejercicio.
Pero resulta que ese mismo adulto respira unas 26.000 veces al día (unas 18 veces por minuto).
Y resulta además que cómo haga esas respiraciones—por la nariz o por la boca, lentas o rápidas, profundas o no, etc.—tiene consecuencias importantes tanto para su salud como para su rendimiento y estado de ánimo.
La respiración ha sido idolatrada por las culturas antiguas y tradicionales e ignorada por la medicina moderna. ¿A alguien le han preguntado alguna vez en un chequeo médico por su forma de respirar?
Por si no te apetece leer más te voy a dar ya la clave de la respiración óptima: debes intentar respirar siempre por la nariz y respirar menos. Cuantas más veces te acuerdes de esto durante el día y más lo pongas en práctica, mejor.
Product-Led Growth (PLG)
Las compañías PLG se caracterizan ante todo por entregar valor a sus usuarios antes de pedir nada a cambio. Dejan que el cliente pruebe el producto de manera gratuita (ya sea el producto completo por un tiempo limitado como en el modelo free trial o un conjunto de funcionalidades limitado indefinidamente como en el modelo freemium) y experimente en carne propia si es una solución válida a su problema.
Ser PLG significa principalmente que el producto debe ser el encargado de realizar la mayor parte del trabajo y que el cliente y su éxito pasan a la prioridad número uno de la compañía. Y eso afecta no sólo al área comercial, sino a toda la empresa: el producto debe ser la primera consideración de todos los departamentos o funciones.
El juego interior (del tenis y de la vida)
La vida está llena de juegos y cada juego al que jugamos consta de dos partes: una exterior y una interior.
Mientras que el juego exterior se juega contra adversarios externos para superar obstáculos externos y alcanzar metas externas, el juego interior tiene lugar en la mente del propio jugador contra sí mismo. Se lucha contra el nerviosismo, la falta de concentración, las dudas y la excesiva autocrítica.
El juego interior no puede evitarse. Todo el mundo lo juega. Sin embargo, en nuestra cultura nos enfocamos al 99% en el juego externo. Como veremos, la excelencia se obtiene con un equilibrio entre el dominio del juego interno y el juego externo.
Rendimos al máximo en aquellos momentos en los que nuestra mente está tan silenciosa y tranquila como un lago de cristal. El objetivo del juego interior es aumentar la frecuencia y duración de estos momentos, acallar de forma progresiva la mente y alcanzar así una expansión continua de nuestra capacidad para aprender y actuar.
Conseguir acallar la mente es un proceso gradual que implica el aprendizaje de varias habilidades: dejar de juzgar, dejar que ocurra y crear imágenes mentales.
Amplifica
En la mayor parte de las organizaciones hay un margen considerable para rendir a un nivel mucho mayor. El papel de los líderes de dichas organizaciones es transformar ese potencial en resultados. A pesar de que la oportunidad es obvia, por alguna razón no somos conscientes de ello. Este problema no es exclusivo de las empresas. También se ve con frecuencia en el mundo del deporte, cuando una misma plantilla pasa de perderlo todo a ganarlo todo con sólo un cambio de liderazgo. Llámalo factor X o llámalo como quieras, pero es algo real.
En una empresa de alto rendimiento cada empleado debe ser un conductor, no un pasajero. Los pasajeros terminan en el mismo sitio que los conductores, pero durante el trayecto son peso muerto.
Frank Slootman nos anima a hacer lo siguiente en nuestras organizaciones:
Incrementar la velocidad
Subir los estándares
Estrechar el foco
La mente de los justos
Para Jonathan Haidt, autor de La Mente de los Justos, el ser humano no es bueno o malo por naturaleza, sino moral por naturaleza. Nuestra obsesión por decidir en todo momento si algo es bueno, malo, justo o injusto, es una de las causas—para él, la principal—de nuestro éxito como especie. ¿Por qué?
La moralidad es la extraordinaria capacidad humana que ha hecho posible la civilización. ¿Compartes mi visión de lo que es bueno, malo, justo o injusto aunque no tengamos lazos sanguíneos? Welcome to the club, haremos grandes cosas juntos. Nuestra mente justa ha permitido a los seres humanos, y no a otros animales, producir grandes grupos cooperativos, tribus y naciones sin el “pegamento” del parentesco.
Como contrapartida, el precio que tenemos que pagar por nuestra mente justa es que los grupos cooperativos de los que formamos parte están condenados a conflictos morales. ¿No compartes mi visión de lo que es bueno, malo, justo o injusto? Prepárate a correr, porque voy a ir a degüello a por ti. Eres mi enemigo, mi rival.
Sin llegar a casos extremos como asesinatos, guerras o terrorismo, todos sabemos que la política o la religión son temas extremadamente divisivos y es que ambas son las expresiones cumbre de nuestra psicología moral subyacente. Vivimos una época de enorme división y enfrentamiento social porque el debate sobre cualquier asunto se ha reducido a cuestiones morales. Según Pablo Malo, sufrimos una “epidemia de moralidad”. Y ya sabemos que la moralidad humana, tan útil para algunas cosas, nos obliga a ver el mundo bajo la lente del “nosotros contra ellos”. ¡Cuidado!
Solemos creer que nuestra razón (la mente consciente) gobierna nuestro comportamiento, pero la realidad es que en la mayor parte de las ocasiones ésta actúa como un mero portavoz de las decisiones que ha tomado el verdadero gobierno: las emociones y las intuiciones (la mente inconsciente). En el caso de la moralidad, ocurre exactamente igual.
La mente está dividida, como un jinete que guía a un elefante, y el trabajo del jinete es servir al elefante. El jinete es nuestro razonamiento consciente, ese flujo de palabras e imágenes que conforman nuestro consciente. El elefante es el otro 99% de los procesos mentales, esos que ocurren fuera de nuestro consciente pero que de hecho controlan la mayor parte de nuestro comportamiento.
Los seres humanos somos los campeones mundiales de la cooperación no relacionada con el parentesco y lo somos en parte porque hemos creado sistemas de responsabilidad formal e informal. Somos realmente buenos responsabilizando a otros por sus actos, y muy hábiles para movernos en un mundo en el que otros nos hacen responsables de los nuestros.
La mayor parte de las personas que conocemos pertenecen a un electorado que queremos ganar. Por ello, actuamos como políticos que se esfuerzan por mantener identidades morales atractivas frente a nuestros múltiples electorados.
¿Por qué las discusiones morales y políticas resultan tan frustrantes?
No puedes hacer feliz a un perro moviéndole la cola a la fuerza, al igual que tampoco puedes hacer que alguien cambie de opinión al refutar completamente sus argumentos. Si quieres hacer que la gente cambie de opinión, tienes que hablar con sus elefantes.
Los rasgos personales del éxito
Julie Gurner, doctora en psicología y coach de ejecutivos, publicó hace unos meses un hilo en twitter con los ocho rasgos de la personalidad que más había visto en personas con éxito:
Capacidad de resolución implacable
Enorme confianza en sí mismos
Optimismo resiliente
Visión clara
Siempre activos
Disfrutan genuinamente del riesgo
Les gusta ganar
Networkers estratégicos
Guerra tecnológica
Dice Jacob Helberg, autor del libro The Wires of War, que el estado guerra/paz no es binario, sino que hay todo un espectro de grises intermedios.
Y “Guerra Gris” es precisamente como él denomina a la rivalidad sistémica y global entre autocracias y democracias, condenadas al conflicto por sus radicalmente diferentes formas de entender cómo debería organizarse el mundo.
Al siniestro ajedrez de la Guerra Fría se jugaba con arsenales de armas convencionales y—como tristemente estamos recordando en estos días—nucleares. La lucha en la Guerra Gris se libra sin embargo con tecnologías de doble uso. Estas tecnologías son aquellas que fueron desarrolladas inicialmente por el sector privado para uso comercial civil, pero a las que también se les ha dado posteriormente un uso en el ámbito militar o de la seguridad, como por ejemplo la inteligencia artificial, los drones, los satélites, el 5G o los computadores cuánticos.
Cuando estas tecnologías son utilizadas como armas ofrecen al agresor una gran ventaja respecto a otras: es muy difícil atribuir la autoría de los hechos. En otras palabras, nos permiten tirar la piedra y esconder la mano. Eso las hace muy “usables”, pues minimizan las probabilidades de que el agredido tome represalias contra un agresor que es en apariencia invisible. Eso hace que los gobiernos puedan desplegar y usar estas tecnologías a diario para hacer avanzar sus intereses estratégicos—enfrentados con los de sus rivales—sin que nadie rechiste.
Y así lo hacen.
El objetivo de esta guerra tecnológica no es controlar un territorio—que a lo mejor en última instancia también—, sino controlar las redes de información y comunicaciones que influyen directa o indirectamente enormemente en las vidas diarias de miles de millones de personas, alterando así la distribución de poder a nivel mundial.
La realidad está rota
Según una estadística de 2011, personas de todo el mundo dedicamos más de 3.000 millones de horas a la semana a jugar a videojuegos.
En agregado, hemos pasado tanto tiempo jugando al World of Warcraft como evolucionando como especie, unos 5,93 millones de años.
¿Qué desperdicio de tiempo, no?
Espera un momento.
¿Alguna vez te has parado a pensar cómo es posible que las personas dediquen (dediquemos) tantísimo tiempo y energía a una actividad que—salvo excepciones—no les (nos) reporta ningún beneficio económico? ¿Tienen (tenemos) algún tipo de problema?
Los gamers se preguntan (nos preguntamos) sin embargo:
¿Dónde se puede encontrar en el mundo real esa sensación de estar plenamente vivo, concentrado y presente?
¿Dónde se puede encontrar ese sentimiento de poder, propósito heroico y comunidad?
¿Dónde están esas series de retos estimulantes y creativos?
¿Dónde están esas sensaciones de éxito y victoria en equipo?
Aunque los gamers por supuesto experimentamos estás sensaciones de vez en cuando en nuestras vidas reales, las experimentamos casi continuamente cuando jugamos a nuestros juegos favoritos.
Como es lógico, el mundo real no ofrece los placeres, retos y posibilidades de establecer vínculos sociales que ofrecen los entornos virtuales cuidadosamente diseñados para ello. La realidad no nos motiva tan efectivamente. La realidad no ha sido construida para maximizar nuestro potencial. La realidad no ha sido diseñada para hacernos felices. La realidad está rota.
Los juegos son algo muy serio e ignorarlos es un gran error.
Si eres un jugador, no estás perdiendo el tiempo. Estás aprendiendo un montón de cosas sobre ti mismo, como qué te gusta y qué te motiva y a actuar con extremada tenacidad y optimismo para resolver problemas y retos difíciles de forma creativa y colaborativa. Todo ello son capacidades y habilidades extraordinariamente importantes y valiosas en múltiples ámbitos de la vida.
Por otro lado, los diseñadores de juegos saben mejor que nadie cómo inspirar esfuerzos extremos y cómo recompensar el trabajo duro. Saben cómo facilitar la cooperación y colaboración a escalas que eran inimaginables. Y además innovan continuamente para que los jugadores nos atrevamos con retos más difíciles, por más tiempo y en grupos más grandes.
El diseño de juegos no es sólo una profesión tecnológica, es una forma clave de liderar y pensar en el siglo XXI.
La Torre de Babel
Está claro que en muchos lugares, izquierda y derecha se están convirtiendo en “países” diferentes que reclaman el mismo territorio, pero con versiones muy diferentes acerca de la política, la economía y la historia.
Según los expertos, las democracias se sostienen en tres pilares: (1) capital social (amplias redes de individuos con un alto nivel de confianza entre ellos); (2) instituciones fuertes; y (3) historias, relatos o narrativas compartidas.
En la opinión de Haidt, las redes sociales han debilitado los tres.
Si bien las redes sociales nos invitaron en sus inicios a conectar y a compartir inocentemente nuestros pensamientos y estado con familiares, amigos y conocidos, con el tiempo nos invitaron a hacerlo con desconocidos. Pasamos de ser nosotros mismos en un entorno de confianza a personajes que actúan para ganar relevancia y fama ante un gran auditorio.
Hacia 2013, el juego en las redes sociales era uno muy diferente al inicial. El propósito de buena parte del contenido creado era convertirse en viral y así propulsar a su creador a una efímera fama en la red. Este nuevo juego alienta la falsedad—no compartir lo que uno quiere sino lo que cree que va a tener más repercusión en base a lo que mejor ha funcionado de acuerdo a experiencias pasadas—y las dilapidaciones en masa.
Así, las nuevas plataformas sociales estaban perfectamente diseñadas para sacar a relucir nuestros yoes más moralistas y menos reflexivos.
Si a esto le añadimos la tendencia natural de las personal al tribalismo, es decir, a dividirnos en grupos más inclinados a combatirse los unos a los otros que a cooperar, el drama estaba servido.
Aplanando la curva de la glucosa
¿Tienes problemas de peso? ¿Tienes hambre a todas horas? ¿Estás a menudo de mal humor especialmente si tienes hambre? ¿Te sientes algo mareado si se retrasa alguna comida? ¿Sientes de vez en cuando una necesidad imperiosa de comer cosas dulces? ¿Tienes sueño o estás cansado a todas horas? ¿Tienes acné, irritación u otros problemas cutáneos? ¿Tienes reflujo u otros problemas gástricos? ¿Tienes alteraciones hormonales? ¿Tienes problemas de sueño o te despiertas con palpitaciones? ¿Te pones malo muy a menudo?
Estos son algunos de los trastornos más leves que podrías estar teniendo por tener a menudo picos de glucosa. Pero también podríamos estar hablando de cosas más graves como diabetes, síndrome de hígado graso, problemas de corazón o Alzheimer, si no ponemos remedio.
Entonces, ¿qué es la curva de glucosa? ¿qué nos produce picos y por qué es importante evitarlos? ¿cómo podemos hacerlo?
La fábrica es el producto
Hay una frase que Elon Musk ha repetido a lo largo de los años sobre la cual pienso frecuentemente:
“La fábrica es el producto”
Cuando Elon habla de Tesla, la frase puede interpretarse en sentido literal:
Para él, Tesla no una compañía encargada de fabricar vehículos eléctricos, sino que realmente es una compañía encargada de construir y gestionar las fábricas donde se producen los vehículos.
Si pones el foco en construir las fábricas bien—y obviamente no estamos hablando sólo de edificios y máquinas sino también de personas y procesos—los coches saldrán en calidad, plazo y coste.
Por supuesto, la frase tiene sentido más allá de las empresas industriales.
La fábrica determina la cultura, la velocidad de ejecución y de iteración, la estabilidad, la calidad y la visión.
Cualquiera puede copiar diseños, cualquiera puede copiar características, pero nadie puede copiar una fábrica. Su núcleo—donde reside la esencia—no se ve, está escondido, alejado de los focos.
Lo que produce una fábrica siempre es diferente a lo que producen otras fábricas, porque está hecho por personas que son diferentes. Personas que tienen diferentes perspectivas, objetivos, estilos de vida y habilidades.
Y debido a que la fábrica determina el producto, la fábrica es el producto.
Gracias por leer Suma Positiva.
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