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Suma Positiva es una publicación semanal sobre tecnología, negocio y humanos, escrita por Samuel Gil.
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Si hay alguien que a lo largo de los años me ha hecho removerme del asiento mientras leía un texto, ese ha sido
, el autor del artículo de Suma Positiva esta semana y profesor asociado de Economía en la Universidad Pompeu Fabra.Con un estilo inconfundible que pega directo al estómago, Joan nos habla cada semana de la psicología del dinero en Kapital, publicación de la que soy orgulloso suscriptor de pago, y en Kapital Social, la comunidad privada que me ha servido como inspiración a la hora de crear Health & Wealth, su homóloga en Suma Positiva.
Esta edición de Suma Positiva ha sido patrocinada por:
Valencia Digital Summit (VDS), el evento tecnológico internacional organizado por Startup Valencia, celebra su sexta edición el 26 y 27 de octubre en la majestuosa Ciudad de las Artes y las Ciencias. Bajo el lema ‘Building the Good Future’, VDS2023 tiene como objetivo mostrar cómo la tecnología, la innovación y la digitalización pueden cambiar, impactar y transformar positivamente todos los aspectos de nuestras vidas y cómo pueden ayudar a abordar los principales retos sociales y económicos a los que se enfrenta la sociedad.
En VDS2023, los emprendedores tendrán la oportunidad de mostrar sus proyectos a los más de 10.000 asistentes de 80 países distintos que se esperan en este año y el encuentro reunirá a más de 1.500 startups.
Daniel Nieto, Vice President en Mastercard; François Derbaix, Cofounder y co CEO en Indexa Capital; Guenia Gawendo, Telefonica Ventures Managing Director o Facundo Mauricio, Cybersecurity Manager en Siemens, son sólo algunos de los más de 250 speakers destacados que ya han confirmado su participación como ponentes.
El encuentro reunirá a más de 400 inversores internacionales con una cartera de más de 8.000 millones de euros para invertir el próximo año. Además, los principales fondos de inversión nacionales también acudirán a la cita. Todos ellos han fijado Valencia como escenario clave para llevar a cabo inversiones y VDS2023 como el marco desde el que identificar e impulsar proyectos de éxito.
VDS2023 ofrecerá a los asistentes la posibilidad de disfrutar de zonas expositivas en las que se presentarán las últimas innovaciones tecnológicas, tendencias y productos disruptivos a través de experiencias interactivas. Además de ponencias, paneles de expertos, mesas de debate, zona de exposición y varios escenarios donde las mejores startups del mundo presentarán sus proyectos, habrá espacios para el networking, el intercambio de ideas, la generación de oportunidades de negocio y el ocio.
Puedes conseguir tu entrada para Valencia Digital Summit con un 40% de descuento hasta el 6 de octubre haciendo clic aquí.
F*ck You Money
por Joan Tubau
El fuck you money es el precio de tu libertad. No puedo darte una cifra exacta pero puedes estimarla. Más que una cantidad, el fuck you money es la actitud del que puede mandarlo todo a la mierda sin preocuparse por las consecuencias. Yo lo veo como una opción, prefiero no ejecutarla pero disponer de ella me da tranquilidad. Sin fuck you money tengo que hacer cosas en las que no creo. Con fuck you money mañana me largo si no me gusta lo que veo. Es una cuestión económica pero también espiritual. La libertad se conquista con un punto de locura y efectivo en la cartera. Hay gente con dinero que no tiene fuck you money, demasiado preocupada por perder lo que posee. Hay gente sin ingresos que mantiene el pleno control sobre su agenda. «Nada me interesa de todo lo que puedes ofrecerme». Diógenes tenía fuck you money. No lo tenía el rey persa. La relación entre dinero y libertad debería ser positiva, pero cuanto más suben algunos, menos poder tienen. Ganan ahora demasiado para decir lo que piensan. Un surfista en low-cost tiene más fuck you money que un ejecutivo endeudado, que se gasta todo lo que ingresa en el juego de las apariencias. Incrementa el gasto después de cada promoción, viviendo en constante estrés financiero. No puede dejar un trabajo que odia porque necesita la nómina para pagar las facturas que entran. Si el ahorro compra libertad, la deuda te la quita. Salían los números con los intereses bajos pero a nivel estratégico seguía siendo una apuesta nefasta. La deuda te ata a una posición y te impide mirar fuera. La única salida es el control del gasto y el ahorro consciente, ganes mil o cinco mil, construyendo ladrillo a ladrillo tu búnker financiero. Si ahorras 6 meses de tu salario, estás comprando 6 meses de libertad futura. Las decisiones son más fáciles una vez comprendes esto. Ahora que conoces el verdadero precio, te miras con otros ojos lo de renovarte el móvil cada diciembre.
La mejor definición del concepto la tiene John Goodman en la película The Gambler.
Si estás arriba con dos millones y medio cualquier capullo en el mundo sabe qué hacer. Te compras una casa con un tejado de 25 años, un indestructible utilitario japonés y metes el resto al 5 por ciento para pagar tus impuestos. Y ahí tienes tu base, ¿lo pillas? Esa es tu fortaleza de la puta soledad. Esto te pone para el resto de tu vida al nivel que te jodan. ¿Que alguien quiere que hagas algo? «Que te jodan». ¿Que tu jefe te cabrea? «Que te jodan». Sé el dueño de tu casa. Guarda algo de dinero en el banco. No bebas. Eso es todo lo que tengo que decir a cualquier persona de cualquier nivel social. ¿Tu abuelo tomó riesgos? Puedo garantizarte que lo hizo desde una posición que te jodan. La vida de un hombre sabio se basa en el que te jodan. Los Estados Unidos se basaron en el que te jodan. ¿Eres un rey? ¿Tienes un ejército? ¿La mejor marina de la historia? «¡Que te jodan, chúpamela!»
Desde esa austera fortaleza preparas tu ofensiva.
Ya pintarás las paredes cuando llegues al millón.
Exposición positiva
Me interesa la derivada de carrera profesional.
Las oportunidades no son frecuentes. Cuando eres joven, crees que las oportunidades seguirán apareciendo cada cierto tiempo, que la vida te dará un número ilimitado de intentos, pero vas cumpliendo los años y te das cuenta que las oportunidades (¡me refiero a las buenas!) solo ocurren unas pocas veces. Las oportunidades de una vida se cuentan con los dedos de una mano y las mejores llegan, esa es la parte jodida, cuando estás todavía verde. La decisión que allí tomes define la frontera del éxito. Las oportunidades no son frecuentes y tu estrategia cambia el día que entiendes esto. Ya solo te preocupa no desaprovecharla de nuevo. Se plantea un problema a dos niveles: primero reconocerla y luego perseguirla. La primera es una cuestión de curiosidad, la segunda de valentía. El fuck you money es determinante en las dos categorías. Parece estúpido recordarte que mantengas los ojos abiertos pero muchos no miran más allá de su parcela. Parece estúpido recordarte que vayas a por ella pero a muchos les pilla atados de pies y manos. A pesar de identificar la oportunidad que pasa por delante, no pueden atacarla porque tienen la agenda llena, nada tienen ahorrado y llegan cansados a casa después de trabajar 40 horas para un tercero. El mayor coste de la deuda no son los intereses que pagas, son las alternativas que no exploras. Mi estrategia consiste en consolidar el balance y seguir desarrollando habilidades atípicas. No sé dónde se esconde la siguiente oportunidad pero quiero ir con todo cuando me la encuentre.
Me fascina el caso de Harrison Ford, buscando trabajo en la industria del cine. Ford era consciente que los papeles son escasos y tomó una decisión inesperada: se hizo carpintero. Se garantizaba así unos ingresos estables, dejándose las tardes libres para perseguir su sueño. Es lo que Nassim Taleb llama la estrategia de la mancuerna. La alternativa hubiera sido jugárselo todo a una carta. Es lo que suelen hacer los actores jóvenes en una ventana estresantemente pequeña. El margen de maniobra es nulo y los ahorros se funden a los pocos meses. Seguramente tenían talento pero no supieron gestionar los riesgos. Ford, el más inteligente, se compraría tiempo con un oficio modesto. Él sabía que podía hacerlo pero también sabía que no controlaba el timing de la apuesta. Nunca sabes cuándo llega, si es que llega, tu golpe de suerte. Quería darse entonces el mayor tiempo posible, para probar el mayor número de combinaciones, para tener el mayor número de intentos. Las oportunidades no están donde tú crees. El papel de protagonista no lo encuentras en un casting, tienes que ir a la fiesta. El trabajo de carpintero terminaría abriéndole una puerta. Literalmente. Reparando la puerta del despacho de Coppola, Ford se encontró con George Lucas, quien estaba preparando una película sobre las galaxias. Han Solo iba sobrado de fuck you money.
Las startups juegan con porcentajes similares. Por eso me gusta este post de Paul Graham en el que recomienda la rentabilidad ramen. El concepto viene a decirte que mantengas gastos bajos, cenando todas las noches fideos, para validar más hipótesis. No hay una fórmula y es cierto que a veces se lo lleva el más agresivo, pero si Harrison Ford se lo tomó con calma, tú también puedes hacerlo. Las prisas han matado buenos proyectos. El error de las startups es el mismo que el de los actores: en un entorno ultracompetitivo, queman la ronda demasiado rápido. La lección contraintuitiva es que no siempre debes acelerar el proceso, para así dejar que las cosas ocurran a su debido momento. El life hack es el control del tiempo. Cuando el reloj corre a tu favor juegas en modo fácil. Tú te levantas feliz para trabajar de carpintero, mientras tus competidores se desangran refinanciando el crédito. Con fuck you money exploras las oportunidades desconocidas. Bukowski jugó la carta de maravilla. «Siempre empecé mis trabajos con la sensación que pronto lo dejaría o que me despedirían; esto me dio una actitud relajada que muchos confundieron con la inteligencia o una especie de poder secreto». Es más fácil silenciar a un millonario que a un borracho. Él se daría fuck you money durmiendo en pensiones de mala muerte y desde posición antifrágil perseguiría la remota posibilidad de vivir de sus textos. Nada tenía que perder y esa sería su ventaja. No intentes escribir sin antes consolidar tu fuck you money. ¿Qué credibilidad tiene un escritor que depende de su salario? Cuando Samuel me pidió un artículo para Suma Positiva, bloqueé la semana para prepararlo. Así llevo moviéndome los últimos años, priorizando el margen de maniobra al rango. No me preocupa el dinero, solo me preocupan las oportunidades. Busco un sitio en el que montar la silla y espero sentado que vayan llegando. El dinero no es un objetivo, es una consecuencia.
Vía negativa
Yo tomo las decisiones mirando lo que gano y lo que pierdo. No quiero la promoción si me resta libertad de movimientos. No quiero el coche si tengo que pagarlo durante 72 meses. Tener ahorros en el banco marca la diferencia entre explorar el mundo o recibir órdenes de un cateto. La felicidad funciona vía negativa: duermo tranquilo cuando puedo decir que no. A mi jefe, a mi pareja o a la sociedad. Quiero la opción abierta. Ya no podría vivir sin ella. En la película Heat, Robert de Niro interpreta a un ladrón de bancos. Al Pacino es el policía que le persigue. En una de las conversaciones más icónicas de la historia del cine, el ladrón le cuenta al policía que cuando suenen la sirenas, él ya estará fuera. «No pongas nada en tu vida que no puedas dejar en 30 segundos si sientes el calor a la vuelta de la esquina». No diré cómo termina el atraco pero es evidente que el criminal juega con ventaja. Me pregunto últimamente por el equilibrio entre la libertad y el compromiso. El fuck you money, como yo lo entiendo, no es para siempre hacer lo que quiera, sino para nunca hacer lo que no quiera. Sin embargo soy consciente que una vida sin compromiso es en última instancia aburrida y ridícula. La solución, como siempre, en los extremos. Mi estrategia consiste en darme opcionalidad al principio de mi carrera, para luego bloquear cuando llegue el proyecto. La vida personal la gestiono de la misma manera. No quiero distraerme con muchas opciones, quiero dedicar las 24 preciadas horas a las personas en las que creo.
El fuck you money, como yo lo entiendo, no es para siempre hacer lo que quiera, sino para nunca hacer lo que no quiera.
Si eres tan rico, ¿por qué tragas tanta mierda? La primera regla de una negociación es que puedas decir que no y de nada sirve el fuck you money si nunca dices fuck you. Es un problema informativo. Incluso cuando necesitas el puesto, tu mejor estrategia es esconderlo. Si no puedes levantarte de la silla no es una negociación, es una rendición. El fuck you money es más necesario que nunca en esta sociedad sin disidentes, que te señala con el dedo cuando cuestionas una orden del gobierno. Los humanos siempre hemos sido gregarios pero nunca antes los corderos fijaron las reglas. La pregunta es inevitable: ¿qué harás cuando vayan a por ti? Más importante incluso: ¿te diste posición para resistir? Mi único consejo es que, si tienes intención de pelear, te leas primero los ensayos de Montaigne. Me gustan sus diarios porque son el testimonio de un ciudadano que lucha por mantener su independencia. «¿Qué sé yo?» Ese hombre entendió, en un período mucho más convulso que el nuestro, que sin fuck you money estaba jodido, así que se construyó una torre en su castillo en la que refugiarse de las presiones colectivas. No era un monje de clausura, solo quería el control total de su tiempo, relacionarse con los demás en sus propios términos. Montaigne era propietario de un château, pero las reglas han cambiado en esta economía descentralizada, ya no necesitas poseer el ladrillo si tienes flujo de caja positivo, tú puedes montártelo desde un Airbnb caribeño. La verdadera riqueza es el dinero que no necesitas. Montaigne llevaría la idea hasta las últimas consecuencias. Renunció a sus obligaciones y vivió una vida contemplativa. Enrique IV, concluídas las guerras francesas de la religión, le pidió que se uniera a la corte en rango de consejero real. Montaigne respondió por carta que en el norte hace frío, que en su castillo es tiempo de vendimia, que mejor lo miramos otro día. Decirle que hoy no te va bien al mismísimo rey de Francia. Eso es fuck you money. Todo lo demás son cuentos.
Gracias por leer Suma Positiva.
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#172 F*ck You Money
Me encanta. Yo lo llamo: "Tu no me mandas". Y se lo digo hasta a mi cerebro...
Muy tentadora la filosofia de Fuck you money, aplicada a lo profesional y si me apuras en lo personal. Pero cuando tienes hijos la cosa CAMBIA en mayúsculas, por lo menos durante los 20 años siguientes. Tu margen de maniobra se reduce radicalmente, así que hay que tener muy claras tus prioridades antes de decidirte a tener hijos. Yo lo tuve claro y bastantes años después no me arrepiento, obviamente, aún a costa de renunciar temporalmente a gran parte de mi ansiada libertad.