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🔦 La dark web: qué es, cómo funciona y por qué sigue existiendo
La dark web sigue siendo uno de los temas más intrigantes y polémicos del panorama digital. Aunque a menudo se asocia con actividades ilícitas (cibercrímen, contenido ilícito o mercados ilegales), su realidad es mucho más compleja y dinámica. La dark web es una parte real y operativa de Internet. Y para entenderla bien, es útil compararla con lo que ya conocemos.
Internet no es sólo una web
Imagina Internet como un iceberg. La parte visible, los servicios que usamos todos los días a través del navegador o de apps —como Google, YouTube, Amazon o Instagram— son sólo lo que sobresale en la superficie. Esa capa superficial, compuesta por webs accesibles y aplicaciones populares, es lo que llamamos la clearnet.
Aunque accedamos a todo desde nuestro móvil o PC, no es lo mismo una app que una web: las webs son abiertas y accesibles desde cualquier navegador, mientras que las apps funcionan de forma más cerrada y controlada.
Justo debajo de la clearnet está la deep web (contenido no indexado por buscadores), y más abajo, todavía más oculta, la dark web, donde tanto el usuario como el contenido están deliberadamente escondidos.
¿Qué es la deep web?
La deep web no es necesariamente misteriosa ni peligrosa. De hecho, la mayoría de lo que hacemos a diario en internet (leer emails, revisar una cuenta bancaria) ocurre en esta capa.
La deeb web está formada por todo el contenido que no está indexado por buscadores como Google, como por ejemplo:
Intranets corporativas
Contenidos detrás de muros de pago o contraseñas
Bases de datos académicas
Paneles de administración de webs
¿Y la dark web?
La dark web es una parte de la deep web diseñada para el anonimato y la privacidad. No es ilegal en sí misma, pero sí alberga numerosos servicios y mercados ilícitos, además de espacios legítimos para la libertad de expresión en contextos represivos.
¿Cómo funciona la dark web?
Para entenderlo, es más sencillo entender a grandes rasgos cómo funciona la web “normal”:
En la web “normal” (clearnet):
Escribes una dirección (como https://www.sumapositiva.com) en tu navegador.
El navegador se conecta con un sistema llamado DNS que traduce esa URL en una dirección IP (como 91.198.174.192), que es la dirección del servidor web donde está alojado el sitio web.
El navegador se conecta al servidor web, que le envía la web y se la muestra al usuario.
Este proceso es rápido, eficiente y muy visible para cualquier proveedor de internet, gobierno o empresa que quiera rastrear qué haces.
Por contra, en la dark web:
Su acceso requiere software específico como el navegador Tor, que emplea el “enrutamiento cebolla” para ocultar la identidad y el origen del tráfico.
El navegador Tor envía tu tráfico a través de una red global de nodos voluntarios.
Cada nodo conoce solo el anterior y el siguiente, nunca el camino completo, garantizando el anonimato.
Los sitios .onion no usan DNS tradicional y sus direcciones parecen aleatorias (p.ej. http://duskgytldkxiuqc6.onion)
El tráfico se cifra en varias capas, como sobres dentro de sobres, dificultando el rastreo tanto para gobiernos como para ciberdelincuentes.
Resultado: anonimato para el usuario y para el servidor.
Cuando usas un navegador normal y visitas una web, tu conexión va directamente desde tu dispositivo hasta el servidor de esa web. Es como hacer una llamada telefónica: tú llamas, y el otro responde. Cualquiera que intercepte esa llamada (por ejemplo, tu proveedor de Internet o un gobierno) puede ver a quién estás llamando.
En cambio, cuando usas Tor, no te conectas directamente a la web que quieres visitar. En vez de eso, tu tráfico pasa por tres nodos aleatorios de la red Tor antes de llegar al destino. Cada uno de esos nodos sólo sabe de dónde recibió la información y a quién debe pasársela, pero no sabe de dónde viene originalmente ni a dónde va finalmente.
Tu mensaje (por ejemplo, una solicitud para ver una página .onion) se cifra tres veces, como si lo metieras en tres sobres uno dentro del otro.
- El primer nodo abre el primer sobre, ve a quién debe enviar el segundo, y lo reenvía.
- El segundo nodo hace lo mismo: abre el segundo sobre y reenvía el tercero.
- Sólo el tercer nodo abre el mensaje final y lo entrega al servidor destino.
Cada nodo sólo tiene un fragmento del mapa completo. Ninguno sabe quién eres y qué estás viendo al mismo tiempo. Es como pasar una nota secreta entre personas que no se conocen y donde cada una sólo tiene permiso para abrir un sobre.
Esto es lo que permite que el sistema sea anónimo y descentralizado. Y como cada “salto” es cifrado y aleatorio, es muy difícil (aunque no imposible) rastrear el origen de la conexión.
¿Qué se hace en la dark web?
No todo en la dark web es ilegal. Periodistas, activistas y denunciantes la utilizan para proteger su identidad en regímenes represivos o situaciones de alto riesgo. Medios como The New York Times y ProPublica ofrecen versiones .onion para garantizar el acceso seguro en países con censura.
La parte menos buena de la dark web, que mueve más de 1.500 millones de dólares al año, alberga numerosas actividades delictivas tales como:
Mercados de drogas, armas, documentos falsos o datos robados
Uno de los casos más conocidos fue Silk Road, un mercado de drogas clausurado en 2013. Su creador, Ross Ulbricht, condenado a cadena perpetua, fue indultado recientemente por Donald Trump. Desde entonces han aparecido y desaparecido muchos mercados similares: AlphaBay, Hansa, etc.
Servicios de ransomware y extorsión.
Más del 60% de las pymes atacadas a través de credenciales filtradas en la dark web cierran en menos de seis meses, lo que subraya la importancia de la ciberseguridad preventiva.
Estafas, pornografía ilegal, incluso sicarios.
Venta de herramientas para hackear sistemas.
Para un usuario normal, navegar por la dark web requiere grandes dosis de precaución, porque está llena de fraudes, malware y contenido ilegal.
¿Qué tecnologías lo hacen posible?
Tor: el corazón de la red. Es open source y gratuito.
Directorios de sitios .onion (el sitio que quieres visitar), que no encontrarás en Google. Hay directorios como The Hidden Wiki.
Criptomonedas como Bitcoin, Monero o Zcash para que los pagos sean lo más anónimos posibles.
Descentralización: cualquiera puede ser un nodo. No hay servidores centrales que se puedan cerrar fácilmente.
¿Por qué los gobiernos no la cierran? ¿Por qué no se persigue a los que operan nodos?
Seguro que te lo has preguntado.
Porque es difícil y políticamente delicado. Tor está mantenido por miles de nodos distribuidos por todo el mundo, operados por individuos o entidades sin fines de lucro. No hay una sede ni un servidor central que se pueda cerrar. Además, perseguir a ciudadanos por colaborar en un proyecto de código abierto, usado también por activistas y periodistas, sería mal visto en muchos países democráticos y podría provocar un fuerte debate público.
Porque operar un nodo no es ilegal. Tener un nodo de la red Tor es como ofrecer tu casa como punto de paso para cartas cifradas. No sabes quién las envía ni qué contienen, y no las abres. Simplemente las reenvías.
Porque Tor también protege a “los buenos” La red Tor no solo es usada por criminales. De hecho, como hemos comentado, periodistas, ONGs, diplomáticos, abogados de derechos humanos y denunciantes la usan para proteger su identidad. Muchos gobiernos, incluyendo el de EE. UU., financian el desarrollo de Tor porque les interesa tener una herramienta de anonimato robusta que puedan usar sus propias agencias en situaciones delicadas (como operaciones encubiertas o apoyo a la disidencia en países autoritarios). Perseguir a los voluntarios de Tor sería como dispararse en el pie: limitaría el acceso a una herramienta que también protege los valores democráticos.
Porque pueden hacer más control desde dentro que desde fuera. Agencias de inteligencia saben que no pueden eliminar Tor, pero sin embargo pueden observar ciertos nodos para identificar patrones, infiltrarse en mercados ilegales dentro de la dark web, o introducir sus propios nodos de salida para monitorizar tráfico saliente (esto ha ocurrido). En otras palabras: prefieren monitorizar y adaptarse antes que eliminar una herramienta que también les puede ser útil.
Conclusión
La dark web es mucho más que un refugio para el crimen: es un reflejo de las tensiones entre libertad, privacidad, poder y control en la era digital.
Para profundizar
Gracias por leer Suma Positiva.
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Muchas gracias por tus publicaciones, son muy interesantes, me he descargado el bistrohunter.
Qué bien explicado Samuel. Me ha gustado mucho. Sigue así, enhorabuena.