#200 Sobre comprar el ambientador antes de restaurar el coche y por qué hacernos mejores preguntas puede ser la solución
por Alberto Álvarez
Hola, soy Samuel Gil.
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La edición de Suma Positiva de esta semana viene a cargo de Alberto Álvarez, una de mis cuentas favoritas en X sobre nutrición y hábitos saludables.
Alberto se define a sí mismo de la siguiente forma:
“Un mero aprendiz eterno que, tras transformar mi vida gracias a perder 60 kilos, se metió en esto de la ciencia de los hábitos, la nutrición y el entrenamiento para intentar resolver el cómo podemos vivir mejor sin necesariamente convertirlo en otro trabajo más.
Emprendí en ese camino dejando la “típica ruta corporate” para investigar y divulgar, acabando con 5 libros publicados sobre esos temas hasta la fecha, así como creando la marca “Chōwa” el pasado año con la intención de ayudarnos a encontrar gratitud en el día a día y un poco de paz mental.”
Espero que os guste.
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Si la frase «Te tendremos en cuenta en el futuro» es tu pan de cada día y ese tío que decía estar enamorado de ti ha dejado de contestar tus llamadas… dos cosas:
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Sobre comprar el ambientador antes de restaurar el coche y por qué hacernos mejores preguntas puede ser la solución
Si te dieran un coche en este estado, ¿sería pensar el olor de ambientador lo primero que harías para restaurarlo y ponerte a conducirlo?
Este Ford Shelby Mustang GT500 del 68/69 es uno de mis coches clásicos favoritos. Vamos a usar la analogía de un hipotético rebuild para hablar de cómo deberíamos afrontar nuestra propia reconstrucción –o mantenimiento– personal cuando se trata de nutrición y de implementar otros hábitos saludables.
Lo creas o no, muchos pensamos que encontrar “la tuerca perfecta” es lo que necesitamos hacer para por fin conseguir aquello que buscamos cuando se trata de nuestra nutrición, hábitos y estilo de vida. De esta manera, pasamos meses en búsqueda de esa pieza, sin realmente ponernos manos a la obra en lo importante: reconstruir tu maravilloso Mustang –o lo que es lo mismo, tomar el control y empezar a implementar cambios para conseguir ese objetivo–.
No me malinterpretes, puede que esa tuerca sea importante para ti por la razón que sea, pero será de mínima relevancia para el objetivo de tener un coche útil sin antes tener un chasis sólido, unos discos de freno, un motor que mueva el coche, llantas y neumáticos que montar, etc…
“No dejes que centrarte en los árboles te impida ver el bosque, pero una vez seas consciente de que estás allí y lo hayas explorado a fondo, recuerda que el bosque está compuesto de árboles”.
Al ponernos un objetivo de perder grasa, comer mejor, o simplemente vernos algo más atléticos en el espejo, es bastante probable que acabemos con una lista de 200 libros, blogs y podcasts de los que podemos sacar afirmaciones cuanto menos curiosas:
«Los carbohidratos son lo peor y el azúcar es igual de adictivo que la cocaína».
«¡Deja de comer químicos y listo!»
«Lo mejor es hacer keto».
«¿Ayunas? Genial, espero que sea de 16:8 al menos porque si no no vale para nada».
«Contar calorías es inútil, lo que tienes que hacer es comer de forma intuitiva. Además, no todas las calorías son iguales, por lo que no tendría ningún sentido».
Todo por supuesto complementado con cientos de explicaciones súper complejas y llenas de tecnicismos con los que, si no nos paramos a pensar en nuestro contexto y aplicamos un poco de sentido común, es fácil que sin darnos cuenta nos veamos en el pasillo de los ambientadores cuando aún tenemos el coche en el desguace.
"Los buenos consejos nutricionales se ignoran por ser demasiado simples porque los malos consejos nutricionales convencen a la gente de que tiene que ser complicado".
Cuando se trata de algo que no comprendemos del todo –como puede ser la ciencia de la nutrición, el entrenamiento y la longevidad–, tenemos la sensación de que cuanto más complicado sea algo, más merecerá la pena y mejor será el resultado.
Al igual que con esa “tuerca perfecta” para nuestro coche, lo cierto es que antes complicar, debemos simplificar.
Y para simplificar, primero tenemos que comprender ciertos principios básicos.
Los carbohidratos no son lo peor ni el azúcar es igual de adictivo que la cocaína, pero dependiendo de tu objetivo y contexto personal, quizás sea útil comer menos bollería mientras aprendes a introducir algo más de verdura en tu día a día. ¡O quizás estás en el momento de disfrutar de un poco de bollería sin sentirte culpable!
“Dejar de comer químicos” es imposible ya que hasta un inocente plátano es química. Hay cosas que ni el contexto puede salvar…
Hacer keto, contar o no calorías, ayunar… Todo dependiente de tus preferencias personales, de dónde estés en este camino de reconstrucción personal y de hacia dónde quieras ir.
Caer en el "todo o nada" es bastante más sencillo de lo que creemos: nuestro cerebro quiere soluciones rápidas y sencillas para no tener que consumir demasiados recursos y así garantizar la supervivencia otro día más. La eficiencia es clave en nuestra evolución y cualquier cosa que ponga en riesgo el ritmo normal de las cosas supondrá una carga cognitiva contra la que debemos luchar de forma consciente, o sucumbir ante ella y volver a lo de siempre.
Pensar si el arroz blanco es mejor o peor que el integral es exactamente igual que estar decidiendo qué fragancia de ambientador poner en tu coche totalmente desguazado.
No necesitas hacer cardio en ayunas, necesitas moverte más a diario, de cualquier forma.
No necesitas encontrar la dieta perfecta, necesitas cambiar tus hábitos poco a poco para hacerlo sostenible, disfrutando de todo aquello que te gusta, mientras al mismo tiempo cumples con tus objetivos.
No necesitas saberlo todo sobre la cafeína y optimizar su consumo como si de un cálculo para un lanzamiento de SpaceX se tratara, necesitas dormir una hora más. Y para eso tendrás que organizarte y crear sistemas para que irte a la cama antes y sin distracciones sea una realidad.
No necesitas una dieta baja en carbohidratos, necesitas comer principalmente comida nutritiva y comer menos “basura” en general.
No necesitas otro libro sobre meditación, mindfulness o ayuno, necesitas aplicar algo de lo aprendido y ver qué funciona con tu estilo de vida, preferencias y objetivos.
No es tu edad, genética o metabolismo, son tus acciones diarias.
Piensa en cómo quieres vivir, qué te gusta comer y cómo hacerlo a largo plazo primero.
Suficientes calorías para tu objetivo, comida que te guste y disfrutes, comida principalmente nutritiva, suficiente proteína y fibra, y suficiente hidratación.
Con esto tendrás todos los básicos cubiertos para así poder empezar la reconstrucción desde una base mucho más sólida y así poder acabar con un Mustang radicalmente distinto al que recogimos en el desguace al principio.
Parece que estamos más interesados en saber qué bolígrafo usa Stephen King para escribir, cuando realmente deberíamos preguntarle por su rutina de sentar el culo y ponerse a escribir para ver si podemos sacar algo que nos inspire a tomar acción en nuestro contexto.
Son las mejores preguntas y no las respuestas, las que nos llevarán a los resultados que deseamos.
El poder de hacer mejores preguntas es incalculable y ha desbloqueado caminos impresionantes en mi vida.
Esto va mucho más allá de “perder peso”.
Forja tu carácter, tu forma de ver el mundo, de relacionarte con él, de ayudar a los que te rodean.
Haz mejores preguntas ya que éstas desbloquearán otras que no te esperabas, haciendo que avances poco a poco en el camino.
Y ahí, entonces, sí que habrá llegado el momento de elegir el ambientador de tu nuevo coche.
Gracias por leer Suma Positiva.
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Como apasionado del entrenamiento de fuerza/hipertrofia en el gimnasio y de la nutrición, al principio yo era muy obsesivo con optimizar todas las variables (estaba demasiado poco enfocado en el 20% de Pareto). En ese momento el fitness me restaba más que aportar. Creo que es una fase por la que pasa mucha gente y no es necesariamente mala. Como dices, hay que seguir evolucionando e ir aprendiendo de los errores. Ahora mi mentalidad es mucho más de sumar a mi vida y, aunque los resultados no sean tan perfectos, sí que es un estilo de vida mucho más sostenible que sé que mantendré hasta que ya no esté.
Gracias por esta edición de suma positiva.
Me ha hecho reflexionar sobre mi propio auto-cuidado y me he visto reflejado en ese “ambientador” o “tornillo perfecto”