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Dec 12, 2020Liked by Samuel Gil

Muy buen artículo, enhorabuena Azahara y Samuel. Hace muchos años estuve en una charla de una profesora de la universidad de Chicago que apuntaba a que la disparidad en salarios entre los MBAs de la Universidad de Chicago años después de la graduación solo cambiaban cuando las mujeres tenían su primer hijo, no antes. Existe todavía una gran presión social y una presión auto impuesta para las mujeres (en este caso perfil MBA Ivy League también) de hacer las cosas muy bien. "Be the best you can be". Por eso las mujeres no tienen problemas en las universidades más prestigiosas o con los trabajos más demandantes porque quieren hacerlo muy bien y pueden hacerlo muy bien. El problema viene realmente cuando nace el primer hijo. Ahí el problema está en si se puede hacer las cosas muy bien en los dos ámbitos. ¿Puedo seguir siendo excelente en mi trabajo y además excelente madre? Es como si nos estuviesen tirando a la vez de dos lados. En muchísimos casos el sentimiento es de estar haciéndolo "mal" en los dos. "Mal" en el trabajo porque ya no nos ocupa todo el espacio mental, "mal" como madres porque no podemos dedicar el 100% y hay una creencia que equipara 100% de tiempo al cuidado de los hijos como necesariamente mejor. Aquí radica, creo, parte del problema. El hombre no siente esa fuerza que le tira en dos direcciones enfrentadas y desde luego no tiene el "gen de culpa" y de sensación de hacerlo "mal" en ambos sitios. No sé si el cambio de roles o el repartir tareas es la solución perfecta, porque como bien dice Azahara, la programación mental para asumir el rol de responsabilidad familiar sigue estando en la mujer. La clave en mi humilde opinión es en asumir esa dualidad sin culpa y sin autoflagelación y la clave está en aceptar que una vez que se es padre el espacio mental se divide y la empresa debe ser muchísimo más consciente de esa realidad y abrazarla. Esa es la clave para tener mujeres más comprometidas profesionalmente con compañías que acepten que ser padre trae cambios y que no ser consciente de esto es sencillamente absurdo.

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Dec 12, 2020Liked by Samuel Gil

La verdad es que es un tema muy interesante y en el que nos queda mucho por hacer. Y no es un tema menor.. Además es algo que como padre de 3 enanos y marido de una mujer hipercualifida siempre he pensado. No hace falta que me lo diga un gráfico, nosotros lo hemos vivido. La maternidad choca de frente con el desarrollo laboral de cualquier mujer.

Coincidiendo en gran parte, no comparto el último alegato a los “hombres”, por el que más bien diría a “todxs”. Porque es parte de la realidad, somos todos y cada uno de nosotros los que tenemos que cambiar esto, desde el politico/a que legisla a el/la compañera/o de trabajo que critica a la madre/padre por coger una baja de paternidad/maternidad y mil casos que todos conocemos.

Tema aparte son las medidas que los gobernantes o empresas pueden tomar para contrarrestar esta situación.

Desde mi punto de vista, la “discriminación positiva” es un atraso por cuanto no fomenta la excelencia y la competitividad.

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Poco se habla del caso de la madre soltera, si ser madre con una pareja es complicado, ¿cuántas mujeres pueden pensar de forma realista en convertirse en madres solteras? Aquí debemos preguntarnos si como sociedad no somos capaces de concebir una vida humana plena sin una pareja y qué valores humanos queremos fomentar.

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Que maravilla de artículo, gracias Azahara por plasmar tan bien la situación! Es verdad que hace falta un enfoque político en la gestión del cuidado de los hijos, porque algo tan básico como quedarte en casa todo el día para cuidar de tu peque con fiebre, al que no aceptan en la guardería (por tener fiebre), ni por supuesto van a dejar ingresado en un hospital (porque no es motivo de ingreso), no está regulado en el estatuto de los trabajadores, y es motivo de despido, ya que faltar al trabajo solo está legalmente permitido durante el rato en que llevas al peque al médico. Con lo que nos quedamos a merced de la empresa, y si tienes suerte y trabajas en una empresa que permita coger permisos, o teletrabajar; bien, pero en la mayoría de los casos no es así. Pero además de ese enfoque político, la realidad es que encontrarte con una mujer con hijos cuya pareja tiene jornada reducida (o un trabajo flexible, o trabaje a media jornada, o no trabaje) para cuidar de sus hijos, es tan atípico, que me gustaría preguntar: ¿que os impide a los hombres aparcar temporalmente vuestra carrera/prestigio-profesional para dedicaros al cuidado de vuestros hijos?

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Muy interesante el espíritu científico de Salvador aportando un mensaje crítico sobre la necesidad de aportaciones científicas que midan el peso de otras opciones , muy elegante y coherente la respuesta de la ponente en el blog. A más información, más transparencia y mejor se observarán las distintas opciones. Si hay estudios que cuantifican la influencia de cada factor se habrá dado un paso de carácter científico muy valioso que mejorará el debate. Mientras tanto, este tipo de post, en este tipo de contextos ayudan a pensar y mucho.

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Enhorabuena Azahara por el excelente artículo tan bien documentado. Coincido en muchos de los datos, pero difiero en algunas de las soluciones propuestas. Para mi, lo primero de todo, es anteponer al niño en la ecuación. Esto no va de carreras profesionales de papá y mamá, esto va de cómo podemos como padres y madres criar niños sanos, felices y emocionalmente estables que puedan ser grandes adultos y al mismo tiempo, realizarnos como personas, con todo lo que ello implica. Por mucho que haya permisos retribuidos, cuotas y demás, mientras no pensemos en los peques y conectemos con ellos y sus necesidades, nada va a cambiar. Es decir, ....tenemos que activar esa agmídala en todos. Y creo que todos, empezando por los niños, seremos mucho más felices.

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Su articulo falla en el punto clave, en el porque, o al menos no lo cuenta todo y así no llegamos a ningún sitio. Vd atribuye la desigualdad a la presión externa y cultural y omite completamente el factor interno. ¿Cuantas de esas mujeres, libremente, sin ningún tipo de presión eligen conscientemente focalizarse en el cuidado de sus hijos dejando de lado su vertiente profesional?¿Cuan frecuente es el caso de mujeres que disfrutan con su baja maternal y lamentan que termine?¿Acaso el reparto asimétrico de la carga no es lo que la mujer quiere en muchos casos en la practica?¿Acaso no es también una opción legítima?. Y entiendame bien, no quiero decir con esto que sea siempre así, que no existan factores externos, culturales y presiones a la hora de decidir como hacer el reparto. Pero mientras no separe y de algún modo cuantifique la influencia de cada uno, su reflexión sera sesgada e inútil.

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