#220 Ozempic y los GLP-1s: ¿los medicamentos del siglo?
Una historia sobre serendipia, innovación y el método
Hola, soy Samuel Gil.
Esto es Suma Positiva, una publicación sobre tecnología, negocios y humanos leída por más de 28.000 personas cada semana.
La edición de Suma Positiva de esta semana viene a cargo de Jesús Rebollo, fundador y CEO de Balance, una de las últimas inversiones de nuestro fondo IV.
Antes de fundar Nexu, la empresa que dio origen a la idea de crear Balance, Jesús ocupó puestos de liderazgo en destacadas compañías tecnológicas como Just Eat, Uber, Jobandtalent y Doctoralia.
Como Jesús contará más adelante, yo ya llevaba tiempo explorando e interesándome por el sector de las clínicas digitales. Estoy convencido de que la telemedicina, en ciertos tipos de tratamientos, no sólo es una alternativa más accesible frente a una clínica física, sino que también ofrece una experiencia del cliente significativamente superior, a una fracción del coste y con una capacidad de escalabilidad mucho mayor. Y eso sin contar el impacto transformador que aportan innovaciones como los GLP-1s y las posibilidades actuales y futuras de la inteligencia artificial.
Cuando Jesús, a quien conocía, entre otras cosas, por su participación en la comunidad privada de Suma Positiva (además de porque ambos hacemos carreras Hyrox), me compartió su visión sobre la creación de una clínica digital enfocada en el tratamiento de la obesidad, no pude evitar sentirme entusiasmado. A medida que profundizaba más en el potencial de los GLP-1 y su impacto en la sociedad, mi entusiasmo no hizo más que crecer. Fue entonces cuando me propuse convencer al resto del equipo para invertir en su proyecto.
Y, al final, lo conseguí ;-)
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Ozempic y los GLP-1s: ¿los medicamentos del siglo?
Una historia sobre serendipia, innovación y el método
por Jesús Rebollo
Esta historia empieza hace algo más de 20 años en el desierto de Arizona. Por allí habita una especie de lagarto llamado Monstruo de Gila y os recomiendo que no os acerquéis a ellos porque son venenosos. Como en muchas ocasiones a lo largo de la historia, una casualidad está en el origen de una de las innovaciones más relevantes de la medicina.
Resulta que el veneno de Gila, la exendina-4, que fabrica en sus glándulas salivares, es similar a un péptido que generamos naturalmente los seres humanos, el GLP-1.
Esta es una de las hormonas clave que regulan el apetito, la saciedad y desencadena procesos metabólicos vinculados con la aparición de la glucosa en sangre, entre otros.
En 2023 la revista Science consideró el descubrimiento y la aplicación de los medicamentos análogos del receptor de GLP-1 a la pérdida de peso como la mayor innovación del año por su impacto en una de las enfermedades más subestimadas, prevalentes y perjudiciales de nuestro tiempo: la obesidad.
¿Y por qué es esto relevante?
Según la OMS, hay más de 650 millones de adultos en todo el mundo con obesidad, entendido este dato como aquellas personas cuyo Índice de Masa Corporal es superior a 30. Sólo en España hay más de 9 millones de personas que sufren esta enfermedad. En Estados Unidos, más de 100 millones. La epidemia es global.
La obesidad es una bomba de relojería. La comunidad médica lleva años esforzándose por convencernos de que es una enfermedad crónica que no tiene nada que ver con las ganas de perder 8 kilos para el verano.
Está directamente relacionada con más de 200 complicaciones de salud, incluyendo diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Las personas que tienen un IMC superior a 40 pueden llegar a perder hasta 10 años de vida debido a todas las complicaciones que surgen derivadas de la obesidad.
Cuando hablamos con personas que viven esta enfermedad, la sensación de soledad, de frustración, de culpa, de incomprensión revelan la cara oculta de la obesidad: el estigma social, la responsabilidad individual de acometer soluciones basadas en la voluntad y el esfuerzo. En definitiva, la obesidad se asocia a algo opcional, no a una enfermedad.
Todos conocemos a alguien que ha tenido que perder 15, 20, 30 o 50 kilos y al que hemos acompañado “desde la barrera”. Ha probado todas las dietas, ha visitado a todos los doctores, ha tomado los medicamentos que le han recetado e, incluso, en algunos casos, se ha operado. Sin embargo, pasado cierto tiempo, el efecto rebote aparece. Y vuelta a empezar: más cansados, más frustrados, más enfermos.
La obesidad es una enfermedad crónica y su tratamiento no puede estar limitado en el tiempo. Una persona que luche contra la obesidad y tenga éxito lo hará con la combinación de los fármacos que precise (durante el tiempo que se determine), la implementación de unos nuevos hábitos de vida y la gestión de sus emociones así como su relación con la comida en el largo plazo.
GLP-1: El catalizador del cambio
Aquí es donde la innovación, la ciencia y el genio de los investigadores surge.
Volvamos a Gila y su saliva. Desde que en 2005 se aprobó el primer uso de un análogo de GLP-1 para la diabetes tipo 2 ( Byetta - exenatide), la carrera no ha parado.
Como consecuencia de estos lanzamientos, los laboratorios que están liderando el camino han estado en los últimos meses en récords históricos en cuanto a su rendimiento en la bolsa.
Novo Nordisk, el grupo danés creador de Ozempic o Wegovy, tiene una valoración bursátil similar al PIB del país nórdico.
La farmacéutica Elli Lilly estuvo en máximos hace unas semanas a raíz de un artículo en el que publicó que su medicamento, Mounjaro, presenta un mayor impacto que su competidor directo. Al margen de la rivalidad entre las grandes farmacéuticas, lo que está claro es que esto es solo el principio.
Qué son y cómo actúan
Los GLP-1 (péptidos similares al glucagón tipo 1) son unas hormonas que se liberan naturalmente en el intestino después de comer.
De manera muy esquemática, el GLP-1 (o su análogo) pasa al torrente sanguíneo impactando múltiples órganos y sistemas donde se encuentran los receptores de GLP-1. Al unirse a estos, se producen procesos metabólicos que impactan sobre los niveles de glucosa en sangre, la sensación de saciedad y el apetito.
La innovación farmacológica llega de la mano de los análogos del receptor de GLP-1 que imitan el comportamiento de la hormona natural. Mientras que ésta sólo dura 2-3’ en nuestro cuerpo, los medicamentos análogos han sido modificados para prolongar su acción hasta una semana.
Uno de los efectos más interesantes se produce en el cerebro donde actúa sobre el hipotálamo, el centro de control del apetito, aumentando la sensación de saciedad y reduciendo el deseo de comer. En paralelo, influye en el sistema de recompensa vinculado con la alimentación y modifica la relación del paciente con la comida, reduciendo la ingesta impulsiva.
El impacto que tiene en la pérdida de peso en personas con obesidad es drástico.
Los estudios demuestran disminución del porcentaje de peso de hasta un 20% versus un 3% en pacientes con placebo en un plazo de 72 semanas. Es decir, una persona con obesidad que pese 100 kilos, podría perder 20 kilos utilizando estos productos, caída que se potenciaría si se une a un cambio de hábitos.
Los beneficios son innegables pero hay un coste que va más allá de las contraindicaciones del propio medicamento.
Un tratamiento mensual cuesta entre 170 y 350 € dependiendo de la dosis. A esto hay que añadirle el precio de la consulta médica. Además, para que la pérdida de peso se consolide en el tiempo, los medicamentos no son suficientes.
Un cambio de hábitos es esencial y diversos estudios clínicos avalan la necesidad de combinar el tratamiento farmacológico con ejercicio físico para asegurar no sólo la pérdida de peso, sino que esta sea sostenible en el tiempo. Esto implica un desembolso económico importante, pues a menudo se requiere la intervención de especialistas en nutrición, entrenamiento personal y, en algunos casos, psicología.
La accesibilidad y el coste asociado a este proceso, si se plantea de una manera tradicional, limita el potencial impacto de estos medicamentos al conjunto de la sociedad.
Balance: Un tratamiento integral para la pérdida de peso
Y aquí es donde surge Balance.
Hace unos meses entendimos que podíamos aplicar nuestro conocimiento de healthtech, nuestra red de contactos con la comunidad médica y nuestra experiencia en el desarrollo de producto y tecnología, para proponer una solución única en el mercado.
Convencido por la oportunidad, fui a ver a Samuel Gil, socio director de JME Ventures, para comentarle la idea en la que estaba trabajando con mi equipo: Una aplicación que permitiera abordar con una perspectiva holística la pérdida de peso. Y que lo hiciera de una forma escalable, personalizada y basada en AI. Además llevaba tiempo hablando con Edoardo Bianchi de Antai Ventures, una de las personas que conoce con mayor profundidad el sector de tratamiento de la obesidad y quien llevaba tiempo queriendo hacer una apuesta en el espacio.
Su feedback y entusiasmo por la idea me confirmaron que el proyecto podría tener sentido.
Con la ayuda de nuestro Director Médico especializado en Endocrinología y nuestro equipo de especialistas (nutricionistas, psicólogos y entrenadores personales) diseñamos un protocolo de acogida de los usuarios para determinar la idoneidad de nuestro servicio.
Una vez confirmado que el paciente tiene un IMC de más de 30, y no presenta contraindicaciones, sabemos que podemos ayudarle y le abrimos la puerta a nuestro Método Balance.
“Método” significa “un camino a seguir”. Y eso es lo que pretendemos con Balance: Crear un programa que una el tratamiento farmacológico más adecuado, el desarrollo de un plan integral basado en la combinación de AI Agents y las recomendaciones de nuestro equipo de profesionales.
Nuestros pacientes pagan una cuota mensual que les da acceso permanente a nuestro producto y servicios. Los acompañamos en cada fase del camino combinando lo mejor de ambos mundos: la confianza que genera la aplicación, el contacto con nuestros profesionales y el seguimiento personalizado respaldado por nuestra tecnología.
Quienes utilizan Balance se enfrentan a retos diarios: qué comer, cómo modificar su relación con la comida, cómo empezar a cuidar su cuerpo, qué ejercicios realizar, cómo manejar los efectos secundarios de la medicación… Es un proceso complejo.
Nosotros queremos hacerlo sencillo.
En las próximas etapas de Balance, continuaremos incorporando herramientas basadas en inteligencia artificial en cada fase del proceso y en todas las áreas clave. Estas soluciones nos permitirán reducir tareas administrativas a los médicos, centrándolos en lo que realmente importa: el paciente.
Al mismo tiempo, podremos personalizar aún más las recomendaciones, adelantarnos a las necesidades de quienes confían en nosotros y ofrecer un acompañamiento más cercano y efectivo. Nuestro propósito es combinar la tecnología más avanzada con la experiencia y el trato humano de nuestro equipo médico, creando un enfoque que haga más sencillo y accesible el camino hacia la pérdida de peso.
No hemos hecho más que empezar.
Con apenas 4 meses operando ya gestionamos a cientos de pacientes. Pero aún estamos muy lejos de lo que queremos conseguir. Aún nos queda mucho trabajo por realizar y nuestro producto será la herramienta clave que servirá para que, esperemos, millones de personas en todo el mundo puedan perder peso de una forma sostenible. Y duradera.
Jesús Rebollo
Founder y CEO de Balance
Disclaimer: Esto no es un artículo científico. Si hubiera alguna imprecisión, os agradecería el feedback para poder corregirlo.
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