

Discover more from Suma Positiva
Hola, soy @samuelgil, Partner en JME Ventures.
Bienvenido a mi newsletter semanal, un lugar donde nos reunimos aquellos que creemos que la tecnología transforma juegos de suma cero en juegos de Suma Positiva.
Es probable que te hayas fijado una serie de objetivos personales o empresariales para este nuevo año.
Mi consejo para que los consigas es el siguiente: simplifica y amplifica y te los voy a desgranar en las dos próximas ediciones de Suma Positiva, de la mano de Kaithleen Eisenhardt y de Frank Slootman.
Esta edición de Suma Positiva ha sido patrocinada por: nubii.us
En nubii.us estamos construyendo una plataforma para celebrar eventos virtuales y crear espacios de trabajo remoto. Nuestro objetivo es aprender y convertirnos en la mejor experiencia de networking en remoto.
Próximamente vamos a alojar la primera feria de trabajo para puestos en remoto sobre nubii.us, en la que interactuarán candidatos y ofertantes de empleo de diferentes países.
Si tienes un perfil técnico y estás buscando un nuevo reto profesional en remoto, te animamos a que nos lo cuentes en este enlace: https://nubii.us/jobfair y te enviaremos los detalles del evento, que será abierto y totalmente gratuito.
Tampoco dudes en unirte a la feria si quieres conocer nubii.us y vivir una experiencia divertida. Te avisaremos cuando celebremos nuevos eventos de trabajo (hay muchas ediciones para puestos en diferentes países).
Ahora, sigue disfrutando de la lectura y buen fin de semana.
❤️ ¿Quieres patrocinar Suma Positiva? Toda la información aquí.
Simplifica
Adaptación al castellano del Effective People Think Simply de Kethleen Eisenhardt
Nuestras vidas personales y profesionales son demasiado complicadas.
Tanto en casa como en el trabajo tenemos miles cosas que hacer y otras tantas distracciones que se interponen en nuestro camino. ¿Quién no tiene de vez en cuando la sensación de que unos hilos invisibles tiran de él a la vez en múltiples direcciones?
Si esto es así, cabe preguntarse ¿podemos simplificar nuestra existencia?
La respuesta no sólo es que podemos, sino que debemos. Algunas de las personas y de las organizaciones más eficaces piensan y deciden de forma sencilla.
Las empresas que tienen procesos demasiado complejos acaban haciendo de forma muy eficiente aquello que ni siquiera debieran estar haciendo en primer lugar. Las empresas que no tienen ninguna regla no suelen conseguir nada. Por suerte existe un término medio en el que qué hacer y cómo hacerlo está regido por un número pequeño de reglas que nos guían dejando el suficiente espacio a la innovación y a la creatividad.
¿Cómo creo estas reglas?
Cuando Alicia le pregunta al gato de Cheshire por qué camino tomar, este le responde: “Eso depende mucho del lugar adonde quieras ir. Si no sabes dónde quieres ir, no importa qué camino sigas”.
Como es obvio, lo primero que tenemos que saber es dónde queremos llegar o, dicho de otra forma cuál es el objetivo. ¿Qué estamos tratando de conseguir? Crecimiento, rentabilidad, correr una maratón…
Normalmente la gente de arriba en una empresa no tiene demasiado problema en identificar esto. Lo que suele ser más difícil de identificar es qué teclas hay que tocar para conseguir este objetivo o, invirtiendo el problema (como haría Charlie Munger), qué cuellos de botellas debemos eliminar para empezar a conseguirlo.
Por ejemplo, podemos ser demasiado lentos desarrollando producto (síntoma) porque no se están contratando los ingenieros de software adecuados. Y a su vez esto esta fallando porque el proceso de contratación no funciona como debiera (causa). Esto es precisamente algo que le pasó a Google en sus orígenes.
¿Y cómo resolvió Google el problema de no contratar a los perfiles de ingeniería adecuados? Introduciendo en el proceso las siguientes reglas de decisión (que obviamente no tienen por qué servir en otros lugares y/o momentos):
Buscar rasgos de excentricidad en el curriculum (por ejemplo gente que tenga por hobby montar en monociclo o que haya subido al Himalaya…en definitiva, que hagan cosas poco comunes) porque suelen estar fuertemente correlacionados con personalidades más creativas.
Priorizar gente referida internamente. La gente que trabaja en Google sabe mejor que nadie cómo es la gente que trabaja en Google.
Detener el proceso de contratación si se encuentras algo falso en el CV, porque se quiere contratar gente íntegra.
A la hora extraer estas reglas, Google recurrió al análisis de datos históricos con el fin de entender qué condiciones diferentes se dieron en los casos que la contratación funcionó y en los que no. Como siempre, easier said than done. Si quieres probar algo así en tu organización, yo te recomiendo que eches un ojo a una herramienta de analítica de datos no-code como graphext (no tengo ninguna afiliación).
Si no se tienen estas capacidades internamente, quizás pueda convenir ayudarnos de gente externa.
¿Por qué estas reglas me hacen más eficaz?
En primer lugar, como es obvio, emplear reglas sencillas para decidir me permite tomar decisiones más rápidamente, lo cual ya de por sí es una ventaja muy importante en determinados entornos.
Pero es que, además, estas reglas sencillas me permiten muchas veces no sólo tomar decisiones más rápidas, sino decisiones mejores. Cuando para tomar una decisión se necesita emplear una fórmula muy compleja y/o muchos datos es probable que:
Se haya ponderado en exceso el pasado (overfit), que en muchas ocasiones es un pobre predictor del futuro. Cuando tenemos diferentes formas de hacer encajar unos datos en una fórmula o regla, la más sencilla suele ser la que mejor predice el futuro (ojo que también podemos pecar de exceso de simplicidad o underfit)
La gente no las use. Es mucho más probable que recuerdes y apliques unas pocas reglas sencillas que una fórmula muy complicada, especialmente en situaciones de estrés o de elevada carga cognitiva.
¿Cómo consigo que la organización “me compre” las reglas?
Si queremos que las reglas sean ampliamente aceptadas y utilizadas en la organización, como suele ocurrir, nada mejor que involucrar a la gente que va a usarlas más tarde en su creación.
En términos generales, ¿qué reglas son las más difíciles de aplicar y aprender?
Las personas son mucho mejor empezando que terminando cosas. De ahí que las reglas más difíciles de aprender y sin embargo más importantes son las de abandono, es decir, aquellas que nos indican el siempre doloroso “cuándo debería dejar de hacer algo”, como abandonar un proceso de venta, una línea de producto o una inversión.
Uno de los errores más comunes e importantes que la gente de negocios comete es seguir haciendo durante demasiado tiempo algo que no debiera ya estar haciendo. Así que dedica por favor dedica algo de tiempo a determinar las reglas de abandono.
¿Cuándo debería cambiar las reglas?
Cuando dejen de funcionar o cuando la situación en la que fueron creadas haya cambiado sustancialmente.
Como hemos visto, unas reglas sencillas (aunque derivadas con tiempo, cabeza y, a ser posible, datos) pueden servirnos para operar de forma más eficaz, lo que implica hacerlo más rápida y sobre todo acertada.
Si bien estas reglas pueden ser muy útiles para agilizar ciertos procesos, como responsables de organizaciones que operan frecuentemente en entornos complejos debemos estar siempre alerta de tampoco caer en la sobre simplificación.
Continuamos la semana que viene con el “amplifica”.
Gracias por leer Suma Positiva.
Si te ha gustado esta edición, no te olvides de dar al ❤️ y de compartirla por email o redes sociales con otras personas a las que les pueda gustar.
Si quieres patrocinar una próxima edición, aquí tienes toda la información.
#108 Consigue tus objetivos (1): Simplifica
Es posible que Samuel haya aplicado las recomendaciones del propio artículo.
Muy bueno, ¿quizás un poco corto en comparación a otros posts?