Maravillosamente explicado. Me resulta fascinante que algunos autores de la talla del propio Albert Einstein pensasen hace un siglo que el libre albedrio no existe, véase la obra "Mi visión del mundo"
"...No creo en absoluto en la libertad del hombre en un sentido filosófico. Actuamos bajo presiones externas y por necesidades internas. La frase de Schopenhauer: "Un hombre puede hacer lo que quiere, pero no puede querer lo que quiere", me bastó desde la juventud. Me ha servido de consuelo, tanto al ver como al sufrir las durezas de la vida, y ha sido para mí una fuente inagotable de tolerancia. Ha aliviado ese sentido de responsabilidad que tantas veces puede volverse demasiado en serio, ni a mí mismo ni a los demás. Así, pues, veo la vida con humor. "
Los griegos antiguos también pensaban en que la libertad es limitada, A Zenón de Citio se le atribuye la metáfora de la carreta, donde un perro es atado a un carro mucho mas grande y pesado que él , con una cuerda larga pero no demasiado, esto le permite explorar los alrededores pero no tiene libertad absoluta. Aunque esta metáfora se ha utilizado por los estoicos como una forma de expresar que hay luchas que no podemos ganar, pero ejemplifica el concepto de no hay libertad absoluta, creo yo humildemente.
Alguien dijo que el libre albedrío del que disponemos es como la libertad para movernos dentro de un barco que tiene fijado su rumbo (alguna libertad pero no tanta).
El punto 2 de conclusiones me parece potente. No había pensado antes en él. Poner límites a la empatía y castigar acciones moralmente desdeñables es ejemplarizante: enseña al “sistema” y lo modifica (queramos o no :)). Good Saturday morning reflection. Gracias, Samuel.
Una vez más, me ha encantado el articulo Samuel. Define 100% como he visto siempre a las personas, de ahí que nunca me tomo nada como personal. Algunos pensaran que estoy tonta, pero a mi me ha ido muy bien y yo he ido bien feliz por la vida, jeje. Un saludo!
Conocía a Sam Harris por su faceta orientada al mundo de la meditación (y su app Waking up). Hace poco escuché el episodio de Polymatas sobre él (https://www.polymatas.com/sam-harris-intelectual-necesario/) y aumentó mi curiosidad por leer sus libros. Finalmente tú escribes este post y refuerzas algunas ideas del podcast.
Llegados a este punto, ¿qué libro de Sam Harris recomendarías como primera lectura del autor?
Muchas gracias (de antemano por la respuesta y siempre por tus post)
Muy buena reflexión Samuel! Te cuento que estudié mucho tiempo filosofía y antropología y me maravilló una definición de libertad que, lamentablemente, no recuerdo el autor: “La libertad es la capacidad de elegir entre lo bueno y lo mejor”. Cuando elegimos algo que nos perjudica cómo personas, por ejemplo, fumar.
Tomamos una decisión que nos hace menos libres por el efecto adictivo que tiene y ese acto nos va esclavizando. Realmente, tomando esa decisión no estamos siendo libres. Lo mismo ocurre con todos los vicios que terminan siendo esclavizantes y opuestas a quiénes somos realmente.
Si solo interpretamos la libertad cómo libre albedrío, creo que esta pierde sentido. Somos seres influidos por variables externas, pero también por aquellas decisiones que hemos tomado en el pasado y construyen quiénes somos hoy. Creo que ese complemento de la libertad nos permite cuestionar esas opciones que se nos ocurren en el momento que tenemos que decidir.
Un abrazo grande y sigue compartiendo estas reflexiones.
Yo no acabo de comprender el artículo del todo. Si suponemos que es causa de la suerte todo, ¿por qué repetir ciertos comportamientos o patrones si sabemos que nos van a conducir a un punto determinado?
¡Gracias por el artículo, Samuel! Siempre es un placer leer tus pensamientos. Hace poco escuché unos podcasts sobre la teoría de Sam Harris en Polymatas y tu post me ha hecho repensar estas ideas. Casualmente, estoy leyendo "Pensar rápido, pensar despacio", que para mí, va de la mano con lo que comentas. Todos tenemos un piloto automático que maneja gran parte de lo que percibimos y decidimos cada día, y ni nos enteramos. Es como si tuviéramos un doble interno, que tiene la batuta de nuestras acciones, hasta que la lógica entra en juego. Me pregunto, ¿Quién moldea a ese doble? ¿Controlamos algo de él? ¿Somos realmente libres de seguirlo o no? ¿Podemos cambiarlo? Son preguntas que merecen que nos paremos a pensar. ¡Un saludo!
Hace meses que llevo dándole vueltas al tema y les agradeceria que me dieran su opinión de la siguiente reflexión sobre la libertad de decisión.
Si mi conciencia no tiene poder de decidir en el momento presente.
¿Eso significa que no puede condicionar sus decisiones futuras?
Si asumimos que la parte del cerebro que decide está fuera de la parte consciente.
Pero que esta parte está en nuestro cerebro y aunque haya momentos que toma decisiones desalineadas basadas en datos tóxicos del pasado, la mayoría de las veces coincide con los objetivos de la consciencia.
Sobre ese paradigma yo planteo que la consciencia puede articular un escenario que ayude a que la parte que decide seleccione los datos acorde sus intereses.
No decide la consciencia, pero sí que puede ayudar a la parte que decide se alimente con datos acordes a mi interés, y no a los intereses externos.
#173 Libre Albedrío
Maravillosamente explicado. Me resulta fascinante que algunos autores de la talla del propio Albert Einstein pensasen hace un siglo que el libre albedrio no existe, véase la obra "Mi visión del mundo"
"...No creo en absoluto en la libertad del hombre en un sentido filosófico. Actuamos bajo presiones externas y por necesidades internas. La frase de Schopenhauer: "Un hombre puede hacer lo que quiere, pero no puede querer lo que quiere", me bastó desde la juventud. Me ha servido de consuelo, tanto al ver como al sufrir las durezas de la vida, y ha sido para mí una fuente inagotable de tolerancia. Ha aliviado ese sentido de responsabilidad que tantas veces puede volverse demasiado en serio, ni a mí mismo ni a los demás. Así, pues, veo la vida con humor. "
Los griegos antiguos también pensaban en que la libertad es limitada, A Zenón de Citio se le atribuye la metáfora de la carreta, donde un perro es atado a un carro mucho mas grande y pesado que él , con una cuerda larga pero no demasiado, esto le permite explorar los alrededores pero no tiene libertad absoluta. Aunque esta metáfora se ha utilizado por los estoicos como una forma de expresar que hay luchas que no podemos ganar, pero ejemplifica el concepto de no hay libertad absoluta, creo yo humildemente.
Alguien dijo que el libre albedrío del que disponemos es como la libertad para movernos dentro de un barco que tiene fijado su rumbo (alguna libertad pero no tanta).
El punto 2 de conclusiones me parece potente. No había pensado antes en él. Poner límites a la empatía y castigar acciones moralmente desdeñables es ejemplarizante: enseña al “sistema” y lo modifica (queramos o no :)). Good Saturday morning reflection. Gracias, Samuel.
No se me ocurre nada más inteligente que decir, así que no diré nada más que gracias por hacerme pensar
Una vez más, me ha encantado el articulo Samuel. Define 100% como he visto siempre a las personas, de ahí que nunca me tomo nada como personal. Algunos pensaran que estoy tonta, pero a mi me ha ido muy bien y yo he ido bien feliz por la vida, jeje. Un saludo!
Muy bueno el post, Samuel.
Conocía a Sam Harris por su faceta orientada al mundo de la meditación (y su app Waking up). Hace poco escuché el episodio de Polymatas sobre él (https://www.polymatas.com/sam-harris-intelectual-necesario/) y aumentó mi curiosidad por leer sus libros. Finalmente tú escribes este post y refuerzas algunas ideas del podcast.
Llegados a este punto, ¿qué libro de Sam Harris recomendarías como primera lectura del autor?
Muchas gracias (de antemano por la respuesta y siempre por tus post)
Muy buena reflexión Samuel! Te cuento que estudié mucho tiempo filosofía y antropología y me maravilló una definición de libertad que, lamentablemente, no recuerdo el autor: “La libertad es la capacidad de elegir entre lo bueno y lo mejor”. Cuando elegimos algo que nos perjudica cómo personas, por ejemplo, fumar.
Tomamos una decisión que nos hace menos libres por el efecto adictivo que tiene y ese acto nos va esclavizando. Realmente, tomando esa decisión no estamos siendo libres. Lo mismo ocurre con todos los vicios que terminan siendo esclavizantes y opuestas a quiénes somos realmente.
Si solo interpretamos la libertad cómo libre albedrío, creo que esta pierde sentido. Somos seres influidos por variables externas, pero también por aquellas decisiones que hemos tomado en el pasado y construyen quiénes somos hoy. Creo que ese complemento de la libertad nos permite cuestionar esas opciones que se nos ocurren en el momento que tenemos que decidir.
Un abrazo grande y sigue compartiendo estas reflexiones.
Nihil novum sub sole... pero siempre está bien aprovecharse de las caídas del caballo a Damasco de Samuel para refrescar temas olvidados.
Muy potente el artículo Samuel
Con esta reflexión creo que nos orientamos hacia más empatía y ecuanimidad :)
Yo no acabo de comprender el artículo del todo. Si suponemos que es causa de la suerte todo, ¿por qué repetir ciertos comportamientos o patrones si sabemos que nos van a conducir a un punto determinado?
¡Gracias por el artículo, Samuel! Siempre es un placer leer tus pensamientos. Hace poco escuché unos podcasts sobre la teoría de Sam Harris en Polymatas y tu post me ha hecho repensar estas ideas. Casualmente, estoy leyendo "Pensar rápido, pensar despacio", que para mí, va de la mano con lo que comentas. Todos tenemos un piloto automático que maneja gran parte de lo que percibimos y decidimos cada día, y ni nos enteramos. Es como si tuviéramos un doble interno, que tiene la batuta de nuestras acciones, hasta que la lógica entra en juego. Me pregunto, ¿Quién moldea a ese doble? ¿Controlamos algo de él? ¿Somos realmente libres de seguirlo o no? ¿Podemos cambiarlo? Son preguntas que merecen que nos paremos a pensar. ¡Un saludo!
Hace meses que llevo dándole vueltas al tema y les agradeceria que me dieran su opinión de la siguiente reflexión sobre la libertad de decisión.
Si mi conciencia no tiene poder de decidir en el momento presente.
¿Eso significa que no puede condicionar sus decisiones futuras?
Si asumimos que la parte del cerebro que decide está fuera de la parte consciente.
Pero que esta parte está en nuestro cerebro y aunque haya momentos que toma decisiones desalineadas basadas en datos tóxicos del pasado, la mayoría de las veces coincide con los objetivos de la consciencia.
Sobre ese paradigma yo planteo que la consciencia puede articular un escenario que ayude a que la parte que decide seleccione los datos acorde sus intereses.
No decide la consciencia, pero sí que puede ayudar a la parte que decide se alimente con datos acordes a mi interés, y no a los intereses externos.